Pese a que la esperanza de Aphrodite se basaba en esperar a que Katya de Corona Boreal y su grupo se marcharan en Enero de la academia, el paso del tiempo no hacía más que empeorar las cosas. Poco a poco, casi sin que nadie se percatara de ello, el líder de Piscis empezó a integrarse físicamente entre todos los alumnos con el único deseo de pasar desapercibido: Aphrodite abandonó el maquillaje recargado manteniendo únicamente los cuidados básicos solo por ocultar las ojeras que se iban abriendo paso en su pálida piel, el sueco dejó de lado el combinar los dos uniformes de la escuela llevando tan solo el específico para los chicos, también descartó el uso de perfumes, tratamientos aromáticos para el pelo y el uso de la plancha alisadora o las tenacillas para pronunciar sus ondas... Todo esfuerzo se le hacía corto mientras el acoso continuara contra él.
Deathmask, Shura y Aioros notaron su mal estado de ánimo gracias a un vistazo a las fotos que se tomaban, descubriendo que Aphrodite había dejado de sonreír con la misma naturalidad que antaño. Piscis no hacía más que desviar el tema o achacar su malestar a la presión de los futuros exámenes, miles de excusas salían de sus labios cada día pero jamás se atrevió a confesarles el infierno que estaba viviendo pues cada vez que lo intentaba, la voz de Katya resonaba en su interior:
"Defiéndete como el hombre" ... "¿Podéis decirme dónde está el atractivo para soñar esto?" ... "Eres un manipulador y niño consentido" ... "A mí no vas a asustarme con tus tonterías, maldita zorra." ... "Puta"
Entonces esbozaba una sonrisa de la mejor manera que podía, inspiraba profundamente y mentía. Y así, con cada nueva escusa el pozo en el que se sumía se hacía más y más profundo.
***
23 de Diciembre:
- S-Saga... ¿Podría h-hablar contigo? – le pidió Aphrodite manteniendo la compostura pese a la incomodez que le suponía hablarle frente a Katya.
Géminis lo observó de arriba a abajo y alzó las cejas mostrándose un tanto sorprendido:
- ¿Otra vez en privado?
- Por favor.
El Presidente del Consejo puso los ojos en blanco
y se apartó un poco del grupo de chicas que parloteaban en griego, una
costumbre a la que Géminis se había acostumbrado a seguir en parte por haber pasado cuatro
meses con ellas y en parte, porque él era nativo de aquella región de
Europa. Saga siguió los pasos del líder de
Piscis hasta salir del edificio que reunía las habitaciones de las alumnas de
intercambio, allí podía oírlos cualquier persona que entrara o saliera pero
Aphrodite había dado por perdida cualquier posibilidad de hablar con Saga en
su apartamento:
- ¿Y bien? ¿Se trata de 'algún documento que quieras entregarme'?
El sueco pasó por alto la
clara referencia al engaño que había salido de su boca hacía mes y medio pues no comprendía que Géminis se sintiera todavía dolido por aquella jugarreta sin malicia. Las festividades
de Navidad empezarían al día siguiente y esa noche en concreto se celebraba la tan
ansiada noche que daba por finalizado el primer trimestre del curso y que los
alumnos de primero habían preparado con mucha ilusión, por lo que solo quedaba esperar
a volver de vacaciones para soportar solo por dos semanas más la presencia de Katya y con ello, recuperar la relación con el Presidente del Consejo Estudiantil:
- N-Necesito contarte algo,
Saga. – Dijo Piscis, yendo directamente al grano – Eres la única persona que creo que puede ayudarme... y eso dice mucho de la situación... Yo... H-He sufrido mucho acoso en éstas últimas semanas y sé que vas a decirme que es
una estupidez confesarlo ahora… pero, de verdad... no lo soporto más.
- ¿Acoso?
- Los estudiantes me empujan o me
persiguen cuando estoy solo, me llaman puta desde todas partes, tocan a mi puerta en mitad de la madrugada o a mi teléfono desde números privados... llevo así desde que se expandió el rumor de
nuestra.... ¿ruptura? He cambiado mi forma de vestir, mi salud mental es inexistente y mis notas han caído en picado...
Saga alzó una ceja ante las palabras del sueco, la
apariencia de Piscis distaba mucho de la que él recordaba, aquel estudiante hermoso y orgulloso de lo que era vestía el uniforme deportivo que tanto había odiado en el pasado y recogía su melena en una cola baja, nada de maquillaje, cero glamour:
- Ya no puedo aguantar más esta situación. Por favor, dile que detenga esto o me voy a volver loco.
El Presidente giró la cabeza y fijó sus ojos verdes en la líder griega que Aphrodite había mirado de reojo, asustado como si estuviera viendo el mismísimo infierno:
- ¿Quién? ¿Katya? ¿Es
ella quien te acosa?
- Directamente no, pero es
quien mueve los hilos de todo el mundo.
- ¿Una extranjera está movilizando a toda la academia contra ti? – La voz de Géminis sonó incrédula, al igual que sus gestos faciales – Si tan seguro estás de eso ¿por qué no hablas con ella en lugar de darme el recado?
- Ya lo hice. Lo hice el día que te... cité para los documentos fantasma... Le expuse la situación cuando la cosa ni siquiera había empezado a desmadrarse y me dijo que dejara de lloriquear y me defendiera por mi mismo. Tu hermano estaba delante, él es testigo de lo que pasó, Katya me
humilló delante de su gente… y-y desde entonces se asegura de que todos sigan con su ejemplo.
Saga suspiró, perdiendo por primera vez la paciencia con Piscis:
- Escucha, Aphrodite... Quizá tenga razón, quizá deberías aprender a defenderte en lugar de pedirle a los demás lo hagan por ti.
- ¿Me estás escuchando? – En aquel momento, el líder de Piscis tomó a su ex pareja por el brazo y Géminis,
comprobó que el chico estaba temblando – Por favor… dile que me deje en paz. Ya no te lo pido como pareja tuya, como amante o lo que fuera que éramos en el pasado... Te lo pido como un estudiante normal, una víctima que necesita ayuda.
- Ah, claro... 'otra vez' eres la víctima
¿no?
- ¡Por supuesto que lo soy, Saga!
- Ya… cómo no... Lamento oír eso. – Un silencio incómodo los abordó y como ninguno de los dos dijo nada más, Saga optó por finalizar la conversación – Haré lo que pueda. Gracias por informarme.
El sueco supo entonces que Géminis no creía lo que estaba diciendo. Su última frase antes de
dar media vuelta para volver a reunirse con el grupo de intercambio lo
demostraba, no habían sido más que palabras vacías, una despedida cortés para no quedar mal. Saga pensaba que su pequeña reunión había sido una artimaña más para
ablandar su corazón antes de la Navidad, un acto para poder manipularle la conciencia... Katya de Corona Boreal ya lo había llamado manipulador una vez así que no sería de extrañar que hubiera envenenado la mente de Saga con su palabrería...
Pero la realidad era muy distinta a la que Géminis creía: las
agresiones contra Aphrodite se habían generalizado hasta tal punto que ya nadie se esforzaba demasiado en ocultarlas; cuando estaba acompañado la gente era algo más precavida
pero todo cambiaba al quedarse solo, tornándose la situación cada vez más grave, eso sin contar la infinidad de veces que lo habían arrinconado para intimidarlo.
Puta. La palabra maldita
la susurraban en sus propios oídos, los empujones habían llegado hacerle cardenales en los hombros y alguna que otra vez, había tenido que encerrarse en el baño para que
nadie lo tocara más de la cuenta bajo la premisa de comprobar su género real... pero aún con todo eso sobre sus espaldas, Aphrodite había descartado el buscar la protección en sus allegados para
sentirse a salvo y despojó de su mente la idea de correr bajo las faldas de
Saori. Katya había conseguido que aborreciera el halo femenino que lo envolvía, llegando al extremo de odiar su larga melena o su maravilloso y andrógino rostro... pero ninguno de sus esfuerzos había
servido para nada y su ánimo, cada vez iba a peor:
- ¡Eh, Dite! Stai bene, amico? (¿Estás bien, amigo?)
En mitad del silencio de la
tarde y mientras regresaba a su apartamento, el tono del italiano consiguió sorprenderlo, algo normal en Cáncer; a pesar de ser tan ruidoso siempre se las ingeniaba para sobresaltarlo:
- S-Sí… Por supuesto. – Mintió pues se encontraba mareado, con el estómago revuelto y sin ganas de nada pero
eso sólo lo sabía el propio Piscis – ¿A dónde vas?
- A mi habitación, he de ponerme
guapo para esta noche, ¿tú no?
- S-Se me había olvidado que era hoy... Además, ni siquiera tengo pareja.– dijo Aphrodite mientras clavaba sus ojos azules en la lata que
sostenía Cáncer. – ¿Ya estás bebiendo cerveza?
- Certo che si~ (Por supuesto que sí~) Yo tampoco tengo pareja pero me da igual, es una excusa para comer y beber gratis… ¡Oh, ya sé, tengo una idea! ¿Quiere ser
mi acompañante esta noche, mi bella ragazza (Bella dama)?
Deathmask se inclinó hacia
delante como los caballeros de la antigua aristocracia sin ser consciente del
daño que había hecho al dirigirse a Aphrodite como si fuera una mujer; durante muchos años, Piscis se enorgulleció de la confusión que generaba entre las personas que no lo conocían pero ahora aquella sensación era totalmente diferente y se sentía
sucio cada vez que lo comparaban con una fémina desvalida:
- No, joder... ¿Crees que soy una estúpida damisela en apuros?
- Está bien, está bien… –
Cáncer se aclaró la garganta, agudizó el tono y repitió la pregunta cambiando por completo su rol – ¿Quisiera
su majestad tomar la mano de esta delicada flor para ser su pareja esta noche?
Aphrodite dejó escapar una leve sonrisa por
la maravillosa interpretación de Deathmask en la que decidió invertir papeles y ser, el italiano, quien interpretase el papel de damisela en apuros. Aquel leve gesto por parte de Piscis provocó una
mueca similar en su amigo:
- Echaba de menos esa expresión en tu cara, joder. Te sienta bien.
El sueco miró al muchacho que le hablaba, el
cuál tomaba un sorbo de su lata de cerveza y lo miraba con picardía. Cáncer era
directo y extremadamente sincero, con una boca bastante propensa a soltar palabras malsonantes pero, a diferencia de Shura o Aioros, siempre conseguía ver más allá
de su máscara:
- Si te soy sincero, no tengo muchos motivos para
sonreír últimamente.
- Lo llevamos notando un tiempo... ¡Oh, no! ¡No me digas que has dejado de arreglarte por lo que te dijo Katya!
- Ojalá fuera ella mi única preocupación,
Deathmask…
- Oye... Me preocupas de verdad, Dite. Has cambiado mucho y aunque Shura y los demás no te lo digamos... Sabes que puedes contar con todos nosotros. Sea lo que sea que te pase, te ayudaremos, somos amigos ¿no?
El labio inferior de Aphrodite tembló y las lágrimas apenas tardaron un par de segundos en aglomerarse en sus ojos azules:
- ¡Eh, eh, Dite! – Exclamó Deathmask – Tío ¿Qué es lo que te está pasando?
En mitad del llanto, Piscis echó valor
para confesarse con el italiano en vista de haber sido ignorado completamente por el Presidente del Consejo. Había conseguido dar el paso de denunciar su situación y no podía echarse atrás solo porque Géminis lo hubiera ignorado, Aphrodite se encontraba en un punto en el que se trataba de confesar o quitarse la vida porque vivir en aquel estado estaba consumiéndolo casi de manera literal. De modo que, tras sentarse juntos en un banco, Piscis enumeró todas y cada una de las pesadillas que había vivido desde la llegada de Katya de Corona Boreal y los suyos, le mostró algunos moratones en sus brazos y el listado de llamadas que lo sobresaltaban por la noche:
- ¿P-Por qué cojones no nos
has dicho nada? Esto... Esto es muy grave, Dite.
- Tengo que
defenderme yo solo, Deathmask... y tengo que dejar de lloriquear como una… – pero la última palabra no llegó a salir de su garganta.
La odiaba, más que a cualquier otra cosa. Y lo peor era que él mismo empezaba a referirse como tal cuando su autoestima desaparecía:
- "Como una puta" ¿Es eso ibas
a decir? – Con sumo esfuerzo, Aphrodite asintió – Esa expresión es fea hasta para mí, tío ¿De dónde has aprendido ese vocabulario? Porque mío desde luego no es...
Piscis calló de modo que Cáncer entendió entonces que aquel calificativo era el que su amigo llevaba meses escuchando por parte de los
alumnos del centro y veía que el problema iba más allá de meras habladurías. Deathmask se quedó un momento en silencio, sopesando y analizando la información que había recibido. Miró a su amigo, tan cambiado desde que lo conoció y sintió como la ira se apoderaba de él. No obstante, la triste expresión de Piscis lo motivó para desviar un poco la conversación y dejar aparcada la furia que movería sus acciones a la vuelta de las vacaciones:
- ¿Sabes? Debería importarte una mierda lo
que diga la gente, Dite, eres maravilloso con tus pintas de doble género. –
Aphrodite lo miró, un tanto asombrado por tal confesión – Lo digo en serio, estarías más digno que todas esas estiradas en mitad de cualquier reunión de la alta clase solo con un
pijama hortera y un moño en la cabeza.
- Eres un exagerado. – Respondió Piscis secándose las lágrimas.
- No, joder, te lo digo de verdad. A mí me gustas
con tu maquillaje brillante y la ropa intercambiada, te da un rollo guay. –
Aphrodite alzó una ceja al mirarlo de reojo, dudoso de sus palabras – ¡Que sí, joder! Daría lo que fuera porque quisieras follar conmi...
- ¡DEATHMASK!
- ¡Es broma, es broma! – Pero aquel grito de Aphrodite y los posteriores golpes que le dio en el brazo habían sido sinceros y la sonrisa que el
sueco terminó por dibujar en su cara fue la señal que Cáncer necesitaba – No sé que tan poco ánimo tienes pero te conozco lo suficiente como para saber que en el fondo, te gusta sentirte
ambas cosas, siempre te has enorgullecido de ser diferente y a nosotros nos gustas tal y como eres... Así que aprovecha esta fiesta y sé libre; esa tía se irá tarde o temprano pero tú seguirás conviviendo contigo mismo. Además, nosotros estaremos allí. Cuidaremos de ti.
Ambos se quedaron un momento en silencio, uno esperando que sus palabras hubieran tenido un efecto positivo y el otro... sopesando que aquello que había escuchado tenía mucha razón:
- Gracias, Deathmask – dijo
Piscis finalmente mientras robaba la cerveza de la mano de su amigo para beber un trago – Iré a la fiesta, pero sólo porque
me has pedido que sea tu pareja esta noche.