Aún con el silencio de Saga
todavía presente en sus recuerdos, Aphrodite observó con detenimiento a todo
aquel que se acercó a Géminis en el auditorio el día que las clases
volvieron a dar comienzo. Reencontrarse con Deathmask, Shura y los demás fue algo que realmente entusiasmó a Piscis, les contó acerca de la visita de Saga y expuso de manera orgullosa todo lo que habían experimentado juntos pero mientras los demás también informaban de sus hazañas durante el verano, los ojos azules del
chico se movían con disimulo de un lado a otro, tratando de encontrar a la
persona que amenazaba con imponer distancia en su relación.
Finalmente, fue la
mismísima Saori Kido quien reclamó su atención cuando presentó a los alumnos de intercambio frente a los nuevos
estudiantes del bloque D y los doce líderes de las secciones correspondientes ya que, desde el año anterior y por tres cursos más, Aphrodite y los demás
continuarían siendo aquellos que controlarían a los alumnos de su respectiva edad:
- Quisiera presentaros a las
siete compañeras que han viajado desde Grecia para pasar a nuestro lado
el siguiente trimestre: Katya de Corona Boreal, Presidenta del Consejo de su correspondiente
centro educativo es su representante; así que espero comprensión y un absoluto respeto
hacia ellas.
Las siete se inclinaron
hacia el público que aplaudía las palabras de la directora de la academia.
Aphrodite se fijó que, al margen de ser la líder del grupo de intercambio,
Katya llamaba la atención por sí misma: era alta, delgada y poseía un rostro perfecto cuyos
ojos verdes relucían de emoción, lucía una larga cabellera rubia y dorada, digna de una delicada criatura de cuento de hadas; se trataba de una chica que no solo brillaba por su belleza sino que seguramente, también poseería grandes dotes para la alta sociedad y los negocios. Una imagen perfecta para verla al
lado de…
“Oh... ¿Una chica…?” pensó Aphrodite al ver cómo Saga se acercaba
a hablar con Katya y ella, le devolvía el saludo con una cercanía asombrosa, tomándolo del brazo y apoyando su rostro en el hombro de él. De
repente, todo cobró sentido en la mente de Piscis: Katya había acogido bajo su protección a Saga
en Grecia pues ambos eran Presidentes del Consejo Estudiantil y ahora, a
Géminis le tocaba hacer lo mismo con ella. No obstante, la supuesta bisexualidad de Géminis lo había tomado por sorpresa, Aphrodite no tenía ningún interés en definir sus gustos sexuales ni solía interesarse por el de los demás pero por algún extraño motivo, la tristeza se apoderó de su corazón al ver que ambos Presidentes parecían relacionarse por la presión mediática y eso, le hizo pensar que tarde o temprano, Saga lo apartaría de su lado por no seguir el camino que la sociedad esperaba de ellos:
- Es un placer conoceros a
todas, chicas. – Saludó a pesar de todo el chico cuando se acercó al grupo de intercambio, esbozando su mejor sonrisa. –
Soy Aphrodite, el líder de la sección de Piscis y estaré a vuestra entera disposición.
Katya y las demás compañeras
se giraron para ver a aquella persona que los saludaba, Deathmask, Shura y Aioros caminaban un poco más atrás dispuestos a imitar el comportamiento de su amigo y eso permitió que vieran de primera mano el cómo la alumna extranjera cambiaba por completo su expresión al descubrir a Aphrodite:
- Perdona ¿Eres un... chico?
La interrogativa llevaba un despreciable doble
sentido, eso era algo que Aphrodite sabía captar en el acto tras muchos años
acumulando en su espalda la misma pregunta verbalizada por diferentes bocas pero aún con ello, y
ocultando bajo una máscara de amabilidad su malestar, contestó con educación pues cabía la posibilidad de haber malinterpretado el tono de la griega:
- Eso dicen mis documentos pero no te preocupes, me es indiferente el género que uses para referirte a mí, ya estoy acostumbrado a
generar confusión ante las personas que me conocen por primera vez.
- Lo siento tengo que decirlo pero... no esperaba que Saga saliera
con alguien como tú. – respondió Katya sin molestarse en ocultar su claro desprecio – Quiero decir, he oído hablar mucho de ti y he sabido reconocer en el acto a “la bellísima Aphrodite de Piscis” entre el público pero… que
seas un chico me ha resultado un poco desconcertante ¿es que te gusta andar disfrazado de esa manera todo el día?
- Oye ¿y qué tiene de malo el cómo va vestido Aphrodite? ¿Tienes alguna autoridad para decidir cómo deben vestir las personas para que encajen con tu gusto o qué? – intervino Deathmask detrás de Piscis, malhumorado y saltándose por completo el protocolo de presentación. – Además ¿Es que acaso Saga tiene escrita la palabra “heterosexual” en la frente?
- En absoluto – respondió Katya
mirándolo de reojo – conocer su bisexualidad solo lo hace más atractivo si cabe… de hecho, tiene hasta cierto morbo imaginarlo con alguien como tú pero no lo
imaginaba con... algo que va por la mitad
del camino.
- ¿Qué? Eres extremadamente maleducada ¿lo sabías? – Exclamó Cáncer, claramente cada vez más molesto con la conversación – ¿Y tú qué, Saga? ¿No tienes nada que decir?
- No.
Deathmask fue a responder pero
Aphrodite lo agarró con disimulo por la muñeca y por fortuna, dicho acto sirvió para que el líder de Cáncer no continuara discutiendo con las alumnas de intercambio. Piscis
mostró serenidad aunque en realidad, el corazón amenazaba con salírsele
del pecho; la mentalidad de Katya era un tanto clasista así que quizá por eso, Saga había
decidido poner distancia entre ellos el tiempo que la chica y las suyas permanecieran en Los Elíseos. Aphrodite tragó saliva y centró su atención de nuevo en la
griega:
- Disculpa los modales de mi amigo. No te preocupes, las apariencias
engañan y por suerte, las personas aprenden a convivir con aquello que se le hace
incómodo al principio. Espero que podamos llevarnos bien durante el tiempo que estéis aquí.
Acto seguido, Katya dio un
paso al frente y se colocó muy cerca de Aphrodite, la chica era casi tan alta
como él y su dulce rostro, escondía una segunda cara que tan solo el sueco fue
capaz de percibir:
- No puedes caminar por el
medio y esperar que el resto del mundo cambie su manera de pensar para seguirte el rollo; eso es muy egoísta por tu parte... así que deja de
engañarte a ti mismo, Aphrodite, eres un circo patético.
Tras acabar la frase, Katya dio media vuelta
y retomó su conversación con sus compañeras usando su idioma natal para que nadie más pudiera entenderla e ignorando a su vez, la presencia de Shura y Aioros. Aphrodite clavó sus ojos en Géminis, que había permanecido ajeno a la conversación pero sin perder un solo detalle del encuentro entre ambos; no obstante, en la mirada verdosa de Saga, Piscis encontró la orden de esfumarse ya que su presencia ante las alumnas de
intercambio había resultado un absoluto desastre y, ante la idea de decepcionar a su
amor, el chico inspiró profundamente y se marchó del lugar escoltado por los otros líderes de Cáncer, Capricornio y Sagitario sin sospechar, que el auténtico infierno estaba aún por llegar.
***
Pasaron dos semanas desde aquel encuentro con Katya y Aphrodite ni siquiera había vuelto a
encontrarse con Géminis de modo que Piscis retomó la antigua costumbre de escudarse en la
amistad que tenía con los otros líderes de las constelaciones para olvidarse de
Saga pero lo cierto era que las palabras de la nueva estudiante se habían
quedado grabadas con más fuerza de la cuenta en su subconsciente: Él siempre había luchado por
defender su identidad al margen de la opinión de los demás pero por primera vez, se planteaba si debía hacer caso a Katya y amoldarse a lo que la mayoría
esperaba de él para no perder a Saga
¿Debía acaso dejar a un lado su atracción por las prendas femeninas, el maquillaje o la manicura para que así, Géminis pudiera estar a su lado sin avergonzarse de él?
Deathmask se puso furioso ante dicha cuestión, al igual que Shura, afirmando que si fuera por ellos habrían golpeado a la nueva estudiante por
maleducada y hacerle dudar de sí mismo pero aún con todo el apoyo que recibió de sus amigos, las dudas en Piscis continuaron aumentando y más aún, cuando los siguientes acontecimientos empezaron a desmoronar su vida:
El
primero sucedió en el camino entre su edificio y el principal, antes de iniciar las clases durante un día cualquiera. Piscis caminaba solo y una
de las compañeras de Katya se acercó a él: tras un breve saludo, le
preguntó el precio que cobraba por mantener ciertas horas de sexo.
Al principio, el chico no entendió el motivo para tanta maldad contra su persona por lo que no se pensó el preguntarle a su interlocutora al respecto; sin embargo,
la chica fue bastante explícita afirmando que su rostro tan andrógino y su larga melena incitaban a pensar ese tipo de cosas sobre él haciendo brotar del interior del muchacho un pánico absoluto que no tardó en reflejarse en su rostro. Además de ello, tal fue la rapidez del rubor en las mejillas de Piscis que la alumna de intercambio se alejó de
su lado soltando una sonora carcajada para después, chismorreárselo a sus
amigas que esperaban unos metros más al frente.
Era la primera que alguien le decía con tanta claridad que parecía una puta barata.
El
segundo altercado alteró un poco más a Aphrodite -si es que cabía la posibilidad-. En aquella ocasión fueron tres alumnas quienes
tuvieron la osadía de arrinconarlo para inspirar su aroma en contra de su
voluntad, tomando incluso mechones de pelo para asegurarse de que todo él, olía de la misma forma; aquello no hizo más que recordarle el desafortunado encuentro con sus primeros acosadores en las duchas de los vestuarios de la zona de deporte:
- Vaya... Huele a perfume.
-
Ósea que es de lujo.
Aphrodite soportó, una vez más y sin protestar que alguien lo tratara de prostituta.
***
Sin embargo, la gota que colmó el vaso provino de la propia Katya ese mismo día: Cansado del acoso que estaba
recibiendo por parte de las amigas de la líder y aprendiendo de la primera vez, Aphrodite acudió a hablar con Katya en
lugar de plantearle el problema a la directora Saori como ya ocurrió en el pasado ya que no quería sacar las cosas de contexto antes de tiempo.
Trató de hacerlo de manera
privada pero Kanon, que también se había agenciado el papel de guardaespaldas de la estudiante griega,
insistió en que hablaran frente a todos los presentes si es que tenían algún problema que
resolver:
-
Cada vez me resultas más patético, Aphrodite. – Respondió la griega cansadamente cuando Piscis le expuso la situación – Defiéndete como
el hombre que eres en lugar de venir a lloriquear como un bebé.
- ¿Y sugieres que haga como tus amigas? ¿Las arrincono a la fuerza contra una pared con varios de mis amigos para hacerlas sentir inferior?
- ¡Oh, que sexy!
- ¡Ojalá tuvieras valor para hacer eso!
- ¡Sí, por favor! ¡Hazme tuya contra una pared"
Vitorearon algunas de las amigas de Katya. Ella las observó un momento, seria, callándolas en el acto y casi haciéndole creer al líder de Piscis que la situación estaba por cambiar.
No obstante, y contra todo pronóstico, Corona Boreal dibujó una burlona sonrisa y se dirigió a sus amigas sin necesidad de apartar la mirada de Aphrodite para no perderse un solo detalle de la reacción del muchacho:
- Chicas, por favor, no digáis esas cosas... ¿podéis decirme dónde está el atractivo para soñar esto? No querríais tocarlo ni con un palo.
Todas,
incluido Kanon, se echaron a reír ante la ocurrencia de la líder de Corona Boreal. La poca empatía del grupo y el desprecio de ella, hicieron que Aphrodite perdiera entonces la poca paciencia que le quedaba por lo que el chico alzó la voz para hacerse respetar de una vez por todas:
-
Haré saber a la directora lo que estás haciendo ¡el acoso en esta academia es
intolerable! Y me da igual si eres de Japón o de Grecia, el castigo para ti y tu grupito será el mismo que el que sufrieron aquellos que osaron ponerme un dedo encima en el pasado.
La griega detuvo su carcajada a la par que sus ojos se afilaron peligrosamente. Sin pensarlo, agarró a Aphrodite por la muñeca y lo atrajo hacia sí para sisearle con todo el menosprecio posible, la opinión que tenía sobre sus intenciones:
- ¿Sabes? No eres más que ególatra narcisista y un asqueroso cobarde. Te escondes bajo esa cara de niña desvalida pero en
el fondo eres un manipulador y niño consentido que no está acostumbrado a que lo pongan en su sitio. – Katya acercó su rostro aún más al del sueco, tanto que casi sus narices podían rozarse – Adelante, corre y llórale a Saori todo lo que quieras, a mí no vas a asustarme con tus tonterías, maldita zorra.
Acto seguido, la chica lo empujó hacia atrás y consiguió tirarlo al suelo.
***
Cuando el timbre de su apartamento sonó,
Piscis todavía temblaba de ira ante la humillación que había recibido esa tarde. El muchacho abrió la
puerta con fuerza y su malestar quedó latente cuando sus ojos azules asaltaron
los de Saga. Le había costado horrores convencerlo de encontrarse a solas porque el Presidente del Consejo no
quería alejarse de Katya y aquello, era algo que Aphrodite no entendía pues después de casi un mes, la líder griega ya conocía todos los escondites de la
academia y había hecho amistad con numerosos estudiantes como para que Géminis la
siguiera a todas partes; eso sin contar con la casi permanente presencia de Kanon en el grupito:
- ¿Dónde están esos documentos,
Aphrodite? Tengo cierta prisa. – Quiso saber Saga cuando Piscis cerró la puerta tras de si.
- No tengo nada que darte, era solo
una estratagema para que esa "chica" no se plantara aquí contigo.
- ¿Me has hecho una
encerrona?
- Necesito hablar contigo,
Saga. A solas. – El chico suspiró, agotado y la furia se había esfumado en aquellos preciosos ojos verdes – Te echo de menos, necesito que dejes de ignorarme.
- Venga ya, no seas exagerado, te estás volviendo un poco posesivo ¿eh?
- ¿¡Posesivo?! – Aphrodite alzó la voz de nuevo sorprendiendo a Géminis con ello – Ni me has mirado desde que
empezamos el curso, joder ¡ni siquiera me escribes o me contestas a los putos mensajes que te envío!
- Oye, creía que no podíamos
decir esas cosas porque eran vulgares y nada graciosas.
- Estoy hablando en serio,
Saga. – Aphrodite se dejó caer en el sofá, abatido y cansado de la situación.
Escuchó cómo Géminis
suspiraba, molesto por su reacción pero cuando el líder de Piscis alzó la
mirada, los labios de Saga lo capturaron, sumiéndolo en un beso que borró de su mente toda la preocupación... al menos, por unos momentos. El pecho de Géminis se pegó al suyo y
juntos, se tumbaron a lo largo del sofá mientras la pasión los envolvía. Los labios de Saga sabían a gloria y su piel se erizó ante su mero contacto cuando estos mientras las manos del Presidente lo recorrieron más allá del uniforme:
- Te recomiendo cerrar la boca
– ordenó Géminis – aquí nos pueden escuchar.
En otras circunstancias,
Aphrodite habría sonreído ante la evidencia; él era consciente que el sexo no
estaba permitido entre las paredes del centro y aún así, siempre había disfrutado de los
imperativos de Saga pero el tono del muchacho en aquel momento había sonado distinto, forzado e incluso, despectivo y aunque en aquella ocasión, Piscis se dejó la piel en
satisfacer hasta la más rigurosa orden de Géminis, el momento entre ellos no dejó de ser…
simplemente sexo. Un calentón que se llevó a cabo sin juegos ni delicadeza alguna y que terminó con una seca despedida cuando Saga quedó satisfecho:
“...Es como
si fuera su puta de lujo…” pensó Aphrodite justo antes de echarse a llorar en la soledad de su apartamento.
***
Los días continuaron pasando
y Piscis solo encontró consuelo en los escasos momentos junto a sus amigos y
en la esperanza de que una vez Katya dejara la academia a finales de Enero, Saga volviera a actuar como
antaño. Después de aquella tarde en concreto, solo tuvieron un par de encuentros sexuales más que resultaron igual de fríos que la vez anterior consiguiendo que Aphrodite
dejara de encontrarse a gusto en brazos de Géminis:
- Para esto, te tocas en tu puto cuarto. – le
escupió Piscis el último día que se vieron.
- Deberías
dejar de juntarte con ese idiota de Cáncer, se te está pegando su asquerosa
forma de hablar. – había respondido Saga con indiferencia.
- Lo haré el día el que tú dejes de juntarte con Katya, se te está pegando su asquerosa forma de actuar conmigo.
Y desde entonces, ninguno de los dos volvió a dirigirse la palabra y como consecuencia, los rumores
empezaron a esparcirse por toda la academia: La relación entre Géminis y Piscis se
había roto definitivamente.
Sin embargo, a partir de ahí, el acoso se
volvió un nuevo compañero para Aphrodite. De hecho, nada tenía que ver con
los episodios del año anterior con las novatadas o las primeras tentativas que
habían llevado a cabo las compañeras de intercambio de Katya de Corona Boreal; ahora, todo el
centro parecía actuar a sus espaldas y en su contra: escuchaba cada día la palabra puta ir y venir de algún lado, siempre de una voz
aleatoria que provocaban risitas a su paso; recibía pequeños empujones,
inadvertidos para sus amigos, o intentos de hacerle tropezar cuando le quedaban
un par de peldaños en las escaleras porque así, parecía una torpeza del
chico. Daba igual que fuera solo o estuviera en compañía, sólo él se percataba
de las agresiones y como nunca encontraba culpables, no podía señalar a nadie… ni
siquiera a Katya, que de una forma u otra siempre presenciaba como la academia
entera lo acosaba. Siempre le sonreía llena de maldad desde algún punto en concreto del que asegurarse
que todos le hacían saber que, mientras fuera por la mitad del camino, no
pararían de hostigarlo.