Las cámaras de vigilancia.

El teléfono de Deathmask sonó mientras se estaba lavando los dientes, sabiendo que era una llamada y no el simple mensaje que esperaba de Aphrodite, el chico tardó un poco en contestar. Se tomó su tiempo enjuagándose la boca, en secarse la cara y en avanzar hasta el salón en cuya mesa central, vibraba y sonaba el móvil sin descanso. Al fijarse en el nombre de quien le llamaba, suspiró a la par que se rascaba la nuca, no le apetecía pasarse horas al teléfono parloteando con la hermana pequeña de Camus de modo que, ralentizó sus movimientos para hacer que la llamada  se cortara por sí sola. Adoraba aquella chica, la conocía desde mucho antes de ingresar en Los Elíseos pero costaba horrores hacerla callar una vez iniciaba una conversación así que dejó escapar una risita burlona cuando el teléfono dejó de sonar. 

Sin embargo, agarró el aparato y se sentó en el sofá para verificar que Aphrodite no le había mandado ningún mensaje. En el momento en que su dedo se posó en la pantalla para desbloquear el terminal, una nueva llamada entrante fue descolgada por error: 


- Tsk… ¿Qué quie…? – empezó a decir el italiano con desgana pero su voz se vio interrumpida la agónica voz de la chica que había al otro lado.

- …HRODITE! JODER, CORRE A POR APHRODI…

Antes de saber cómo acababa la frase, Deathmask salió corriendo en dirección al edificio que quedaba detrás del suyo arrepintiéndose de no haber cogido la llamada de la hermana de Camus antes.

"Que idiota..." se dijo a así mismo debiendo de haber sospechado que a la hora que era algo debía de haberle pasado al líder de Piscis. 

Salió de su bloque y se dirigió a toda velocidad al de Aphrodite, sin importarle que tuviera la parte de arriba del pijama o que no se hubiera molestado en coger las llaves o el teléfono que había soltado sin pensar en el sofá. Su única intención era llegar al apartamento de Aphrodite lo antes posible. 

Al girar la esquina, vio como un montón de gente empezaba a juntarse en corrillos  mientras que otros trataban de acercarse a la puerta principal del bloque que unificaba las secciones de Capricornio, Acuario y Piscis. Histérico, se introdujo entre todos y esquivó la seguridad que había en la entrada por parte de los líderes de Aries y Tauro para impedir que más alumnos colapsaran el edificio. Deathmask subió las escaleras dando zancadas, pasando los dos primeros pisos en cuestión de segundos; cuando llegó a la sección de Piscis, al menos una decena de alumnos se concentraban frente a una pared. 

Los pasos del chico se detuvieron en seco al leer las crueles palabras que había allí escritas, entendiendo entonces la llamada  que había recibido: con total seguridad, Aphrodite también había leído aquel mensaje y visto las fotografías que había a su alrededor, una marabunta de color azul celeste del mismo tono que su pelo y que, sin lugar a dudas, habrían trastocado su autoestima. 

Se giró hacia la habitación de su amigo, situada al final del larguísimo pasillo, lo más importante era llegar cuanto antes para evitar que Aphrodite volviera a cometer una locura como ocurrió el día de la fiesta de Navidad. No obstante... en el instante en el que Deathmask echó a correr, el fortísimo estruendo de un montón de cristales hacerse añicos le destrozó el corazón. 

***

Al llegar a su destino, Cáncer trató de abrir moviendo solo el picaporte pero Aphrodite había echado la llave desde dentro, por lo que le resultó imposible. Forcejeó con la puerta unos segundos, moviendo el pomo con nerviosismo mientras le pedía a su amigo que abriera, nadie contestaba en el interior y ni un solo ruido había vuelto a escucharse. El miedo invadió el cuerpo del italiano que sin pensarlo dos veces, se echó a hacia atrás con la intención de destrozar la entrada que le impedía el paso. Violentamente, lanzó una patada contra la cerradura, esta cedió y la puerta se abrió de golpe debido al impulso. Justo después, ,Deathmask apareció como una tromba en el salón.

Pero allí tan solo reinaba el silencio:

- ¡APHRODITE! – gritó.

Nadie le respondió en el salón y tampoco en la cocina.

Histérico, Deathmask se internó por el diminuto pasillo que lo llevaba hacia el dormitorio de Piscis. Sin embargo, encontró al chico en el baño, tirado en el suelo, rodeado de los trozos de cristal del espejo y su larga melena cortada sin ningún tipo de cuidado; el muchacho sostenía en su mano derecha unas tijeras pero ambas extremidades estaban cubiertas de sangre:

- ¡APHRODITE! ¡JODER, APHRODITE! ¿¡DITE, ESTÁS BIEN?!

Sin delicadeza ninguna, Cáncer se abalanzó sobre el muchacho provocando un movimiento de su cabeza que hizo que el flequillo del chico se hiciera a un lado, dejando a la vista una mirada ahogada en un mar de lágrimas que se mezclaba con una desesperación tan profunda como el mismísimo universo. En su cara también había restos de sangre pero no eran más que restregones por haberse pasado las manos sin querer:

- Quiero... Quiero...irme a casa... – susurró Piscis con un hilo de voz. 

***

La directora Saori quedó horrorizada ante la escritura de la pared que la recibió al llegar a la sección de la constelación de Piscis, quedando debido al shock un poco rezagada de la chica que la había advertido de  algo terrible. El líder de Acuario, Camus, intentaba por todos los medios mantener a los alumnos lejos del alcance no solo del mensaje sino también de llegar al apartamento donde vivía Aphrodite; su hermana, en cambio, no tuvo problemas para pasar entre la multitud y correr hasta llegar al lugar e internarse en su interior. 

Saori pasó por la puerta a los pocos segundos, quedando sin palabras ante el destrozo que había realizado la puerta al ser prácticamente arrancada poder entrar. Se movió a duras penas por el salón pero tras escuchar los desesperados gritos que provenían del baño sus pasos tomaron cierta velocidad:

- ¡…JODER ELYN... DIME QUE NO HA INTENTADO SUICIDARSE...! ¡ELYN, HAZ ALGO!

- ¡CÁLLATE, NO LO SÉ! ¡MÉTELO EN LA DUCHA, DEPRISA!

La imagen que la mujer presenció no se borraría de su mente jamás, y aunque todavía no lo sabía, también ocuparía el primer puesto en sus peores pesadillas durante mucho tiempo: Dos alumnos desquiciados sostenían en brazos a otro mientras el agua de la ducha caía sobre ellos. Entre los dos intentaban por todos los medios lavar las manos de aquel que vivía en el pequeño apartamento mientras que en el suelo, toda una mata de cabello azulado quedaba desperdigada, manchada de sangre y cristales, al igual que las tijeras que quedaban semi ocultas bajo el pelo. Las marcas rojizas también se dejaban ver en algunas zonas de la pared, el suelo y el lavabo, donde el espejo que tiempo atrás había sido testigo de la belleza de Piscis ahora quedaba hecho pedazos. 

Saori sintió que se mareaba ante tal visión pero su malestar se debía a la suma preocupación que azotó su mente y entrecortó su respiración, ¿Cómo podía haber sucedido algo como aquello?

- ¡No tiene marcas…! – exclamó entonces Elyn – ¡NO TIENE MARCAS EN LAS MUÑECAS!

- ¿¡ENTONCES POR QUÉ SANGRA, ELYN!?

- ¡…Los nudillos! ¡Tuvo que rompar el espejo con los nudillos!

La hermana pequeña de Camus respiró un poco al darse cuenta que el agua se llevaba los restos de sangre del antebrazo de Aphrodite, dejando a la vista que no había un solo corte que hiciera peligrar su vida. Tal era la angustia que experimentaba en aquel momento que no se dio cuenta que el agua caía congelada sobre ellos ni que la directora lo presenciaba todo, atónita desde la puerta; por eso, cuando una voz proveniente de fuera del pasillo la sacó de su estado de shock, fue lenta a la hora de reaccionar:

- ¿Aphrodite?

- ¿Sa…ga…? – susurró el agotado líder de Piscis, reconociendo la voz que lo llamaba.

Sin embargo, Cáncer, en el instante en que escuchó el nombre del Presidente del Consejo, se movió como pudo para soltar al muchacho que sostenía entre sus brazos y salió del baño totalmente descontrolado y empapado, pasando por delante de la directora sin ningún tipo de respeto ni miramiento:

- ¡NO, DEATHMASK! ¡DÉJALE, VUELVE AQUÍ! – le pidió Elyn pero el italiano estaba fuera de sus casillas y no atendió a razones.

***

La pelea que se generó en mitad del pasillo de la sección de Piscis asustó a los estudiantes que se habían quedado fuera pendientes de averiguar qué estaba pasando exactamente. Los golpes que los dos chicos se propinaron hicieron temblar a los presentes que optaron por alejarse de ellos lo máximo posible: Deathmask era conocido en la academia por andar en enfrentamientos casi constantemente pero Saga de Géminis era el Presidente del Consejo por lo que verlo en aquellas circunstancias generó auténtico pavor; el griego sabía defenderse y tenía fuerza suficiente para plantarle cara al desquiciado chaval que se abalanzaba contra él una y otra vez, con lágrimas en los ojos y empapado de pies a cabeza, sin importarle lo más mínimo la paliza que estaba recibiendo:

- ¡Parad, joder! – intervino Camus, que acabó recibiendo en respuesta un golpe en la ceja por parte de Deathmask.

- ¡Te voy a matar, hijo de la grandísima puta...!

- ¡DEATHMASK, PARA! ¡PARA, JODER!

- ¡SAGA, YA VALE, YA VALE!

Shura y Kanon surgieron de la nada y sin dudar un instante, se metieron a mediar entre los dos líderes para separarlos, Camus también ayudó de nuevo a poner distancia entre ambos pero sin duda, tuvo que aliarse con Capricornio para que Deathmask dejara de removerse. Por más que los dos intentaban apaciguar la ira del italiano, esta no había hecho más que aumentar tras ver a Kanon aparecer en el pasillo:

- ¡NO OS VAIS A LIBRAR DE ESTA, CABRONES! – Estaba gritando Deathmask - ¡OS JURO QUE LO LE HABÉIS HECHO A APHRODITE ME LO VAIS A PAGAR, PEDAZOS DE MIERDA!

- ¡SILENCIO! – gritó Saori.

La firme voz de la directora de la academia dio por terminada la discusión, había un enfado monumental en su rostro que además, quedaba reflejado en sus puños, cerrados y temblorosos mientras su mirada verdosa iba desde un grupo de alumnos a otro. La nariz del Presidente del Consejo sangraba, el primer golpe que había recibido por parte del líder de Cáncer lo había tomado por sorpresa y ante tal situación, la furia había tomado control de su cuerpo, tomándose como venganza una tanda de certeros golpes que fueron directos al pecho y estómago del italiano:

- ¡Todo el mundo a sus respectivos dormitorios, y hasta nuevo aviso, que nadie salga de ellos!

Sin mediar palabra, todos los alumnos que presenciaban incrédulos la pelea entre los líderes de las constelaciones vecinas obedecieron su mandato, salvo los implicados en la pelea, que sabían de sobra que el mensaje no iba dirigido a ellos. Deathmask se zafó de Shura y Camus pero consiguió un poco de control para no abalanzarse contra los hermanos que aún con ello, lo miraron con recelo: 

- Saga de Géminis – dijo Saori, muy seria – ¿Qué está pasando aquí?

- No lo sé, señora, solo vine aquí porque…

- ¡Y UNA MIERDA, CABRÓN! ¡ESO ES OBRA TUYA! – vociferó Deathmask, señalando la pintada que había a sus espaldas.

- ¡No tienes pruebas de eso!  Exclamó Kanon para defender a su hermano.

- ¿QUIERES APOSTAR A QUE SÍ, HIJO DE PUTA?

- ¡SILENCIO! – una vez más, todos volvieron a callarse ante la intervención de la directora – Massimiliano de Cáncer, comportarte como una persona civilizada ¿Tú sabes qué está pasando aquí?

Deathmask trató de serenarse por dos motivos: el primero fue escuchar su nombre al completo que indicaba que la cosa era extremadamente delicada y que debía mostrarse como el digno representante de su constelación que era; el segundo, era el momento de desvelar todo el acoso y derribo que su amigo había sufrido hasta llegar a aquel extremo porque sabía que Aphrodite no lo confesaría por si solo y menos en la situación en la que se encontraba; la responsabilidad acababa de caer sobre sus hombros y no podía estropear una oportunidad como aquella:

- Desde la llegada de Katya de Corona Boreal y las demás alumnas de intercambio, Aphrodite, actual líder de la constelación de Piscis, ha sufrido una serie de desprecios, humillaciones y acoso que hoy se han llevado la palma. Una campaña iniciada en su contra por la propia Katya, el resto de estudiantes a su cargo, Kanon y Saga de Géminis y otros tantos que no puedo recordar ahora mismo.

- ¡Eso es mentira! – volvió a vocifear Kanon. 

- ¿Te atreves a negarlo después de lo que pasó en la fiesta de Navidad? – intervino Shura, amenazante. 

- ¡He dicho 'silencio' a todos los demás! – La paciencia de Saori estaba rozando los límites – Massimiliano ¿Tienes alguna forma de demostrar todo lo que dices? Esas acusaciones son muy delicadas y pueden costarte la expulsión del centro ¿Tienes algún testigo?

- Elyn de primer curso, Aioros de Sagitario y Shura de Capricornio. Él en concreto conoce algunos detalles y protagonizó una de las peores agresiones que captaron las cámaras de vigilancia que controlaban la fiesta de Navidad.

***

Toda la academia estaba controlada por varias cámaras de seguridad que servían para esclarecer todo tipo de malos comportamientos que, a lo largo de los años, los alumnos iban denunciando ante el profesorado pero, en caso de no necesitarse, nadie permanecía sentado inspeccionando los quehaceres de los estudiantes de Los Elíseos de manera permanente. Por ese motivo, el video que Deathmask mencionaba en concreto tomó a Saori totalmente por sorpresa, pues no esperaba ser testigo de la multitudinaria pelea en la que Shura y los gemelos de Géminis se vieron involucrados para proteger y agredir a Aphrodite respectivamente. Por desgracia, las cámaras no habían podido captar las palabras exactas de los alumnos pero Shura se encargó por sí mismo de ir narrando una por una, todas las declaraciones que salieron de la boca tanto de Katya como de Kanon. El líder de Cáncer y ambos hermanos también veían las imágenes que inmortalizaban el momento en que el joven de cabello azulado abandonaba el recinto y se perdía para no volver a aparecer en ninguna toma más:

- ¿Por qué absolutamente nadie denunció este hecho al día siguiente? ¿Quién se encargó de ocultar que incluso una maldita ambulancia estuvo atendiendo heridos?

Las miradas recayeron inmediatamente en Saga, el cual no hizo nada más salvo aceptar su culpa mientras intentaba calmar los nervios a base de una respiración lo más pausada posible. 

- Aphrodite me pidió que me mantuviera al margen. – Explicó Deathmask, conteniendo toda la ira de su interior ante el silencio de los gemelos – Su mayor miedo era quedar como un chivato delante de sus agresores y que la cosa empeorase aunque creo que eso ni siquiera era posible sin que nadie se diera cuenta; por esa razón, Shura, Aioros y yo nos encargamos de protegerlo una vez se reanudaron las clases después de las vacaciones. 

Saori escuchaba atentamente las palabras del chico pero además, empezó a visualizar de manera rápida los días posteriores al comienzo de las clases sin perder de vista al líder de Piscis, descubriendo que lo que Deathmask estaba diciendo era cierto pues varios intentos de agresión quedaron grabados en las cámaras así como el comportamiento de Capricornio y Sagitario.

- La noche de la fiesta de Navidad, Aphrodite destrozó prácticamente toda la ropa que tenía dejando tan solo la que puede llevar a clase... Rompió sus frascos de perfume y eliminó por completo el maquillaje de su día a día, todo por tal de agradar lo suficiente como para que lo dejaran en paz. – terminó de confesar Cáncer.  Lo único que él deseaba era que Katya se marchara para recobrar la normalidad sin que ningún estudiante fuera expulsado o castigado por un comportamiento claramente influido por una alumna del extranjero.

- ¿Y todos vosotros pensábais que eso era una buena idea? ¡¿Qué edad creéis que tenéis para ir arrinconando a estudiantes y golpearlos?! ¡Por mucho que estos pretendieran hacer lo mismo con otro! ¿¡QUÉ CLASE DE SALVAJES SOIS?!

El enfado de la directora no hacía más que aumentar y aunque en su foro interno comprendía que los chicos tan solo intentaban proteger a la víctima, las formas de actuación las consideraba rastreras y dignas de los peores suburbios no de una escuela de élite como era Los Elíseos:

- ¿Puedo preguntar por qué? – preguntó la mujer con calma, aunque su interior se removía como un volcán.  ¿Por qué motivo hacerle... esto... a un chico de vuestra misma edad? ¡A un compañero líder de sección!  ¡A éstas alturas de curso, maldita sea! ¿Cómo explicáis semejante barbaridad?

- D-Directora, Katya no pretendía que las cosas se descontrolaran tanto... Nosotros tampoco, nosotros ayudamos a Aphrodite en el pasado, no habríamos permitido nada de esto si hubiéramos sabido que él acabaría de esta forma. – Dijo Saga, incapaz de mirar a su superior a la cara.

- ¿Cómo puedes ser tan hijo de...? – respondió Cáncer – ¡Si tu hermano era uno de los que más se reía ante los comentarios de Katya! ¡Tú sabías de primera mano todo esto, Saga! ¡Joder, Katya lo insultó delante de ti el primer día que llegó y no dijiste nada! 

Pero mi hermano no ha hecho nada en su contra, Directora, usted ha podido verlo en las grabaciones... No ha pronunciado una sola palabra contra Piscis ni lo ha tocado... – Intervino Kanon, el chico sabía cómo iba a acabar todo aquello así que en un intento desesperado por salvar a su gemelo, confesó – Y-Yo... asumo toda la responsabilidad de mis actos... sí, Katya y yo fuimos quienes planeábamos todo esto... P-Puedo darle todos los nombres de los implicados pero, deje a Saga al margen, él no ha hecho nada en contra de Aphrodite.

Deathmask quiso opinar de nuevo pero la directora fue mucho más rápida a la hora de enfrentar al chico. Sus ojos se deslizaron de la pantalla hacia la mirada desesperada del estudiante y con suma paciencia, le respondió tajantemente:

- Ese es el problema, Kanon – dijo Saori para después, clavar su mirada en Saga  de Géminis – Él no hizo nada. Aún siendo conocedor de semejantes vejaciones y actos en contra de Aphrodite, no hizo nada... No informó a Katya sobre lo que conllevaba acosar a un compañero ni tampoco te detuvo a ti, su propio hermano. Eso, junto a todo lo que veo que había planeado por destruir a este chico... es lo que más me enfurece. Veo las imágenes donde Shura o Aioros agreden a otros compañeros y me decepciona verlos actuar así pero... Te escucho a ti confesar todo esto, te imagino apalabrando con otros estudiantes el como intimidar a Aphrodite... mientras Saga no hace nada por evitarlo... y... me quedo sin palabras. 

Los dos hermanos quedaron en silencio, avergonzados por los pensamientos de tan venerada señora que dirigía la academia. Aún así, la voz de Saori realmente no se detuvo:

- Aphrodite no ha dejado de decir, mientras lo sacábamos de la ducha, que quería volver a casa y a pesar de haberle pedido que reconsidere su decisión… ¡veo esto, escucho todo esto y...! – Acto seguido, la mujer golpeó la mesa con los puños cerrados y se puso en pie hecha una furia, liberando aquello que llevaba guardando demasiado tiempo – ¿¡CÓMO NO ACEPTAR SUS PALABRAS?! ¿¡Cómo puedo pedirle a ese chico que siga aquí después de saber que lleva meses soportando esta situación contando tan solo con la ayuda de una o dos personas!? ¡Esto una vergüenza!... ¿Asumes toda la responsabilidad de tus actos, Kanon? ¡Faltaría más, por favor! ¡¿Debo darte las gracias por ello, además?!

Cada frase que Saori pronunciaba se clavaba en el pecho de los allí presentes. La mujer siempre había mantenido la calma y su serenidad se transmitía incluso en las peores discusiones entre sus estudiantes como si fuera una diosa llena de benevolencia... pero aquella ocasión había conseguido herirla de gravedad en el alma, igual que una flecha atravesando su corazón. Después de pasarse varios minutos gritando y desfogando la decepción que sentía, el silencio se hizo con el control de la oficina en la que todos estaban reunidos y tan solo se vió interrumpido por la acelerada respiración de ella. 

Todos miraban al suelo, amedrentados por la tormenta que se estaba desatando en el despacho al que habían sido llevados mientras Camus y Elyn cuidaban de Aphrodite en su apartamento:

- Massimiliano, dile a Aphrodite que su petición empezará a movilizarse esta misma noche; mientras tanto, llévalo a tu habitación y no permitas visitas de nadie a no ser que yo las autorice. Todos tenéis prohibido asistir a clase de nuevo ni salir de vuestros respectivos apartamentos. Os informaré de mi decisión final en un par de días.