La guadaña de Kronos chocó contra un objetivo metálico por lo que las chispas iluminaron la escena debido al impacto, remarcando la silueta del antiguo Caballero de Acuario abrazado a su hija. Elyn, aún aferrada al cuerpo de Camus, abrió ligeramente los ojos para contemplar qué estaba ocurriendo y por qué motivo ninguno de los dos había resultado herido pero fue la voz de una nueva persona allí presente la que le dio la respuesta:
-Uff... Eso estuvo cerca ¿eh?
Missioh giró la muñeca para desviar el arma de Kronos y dejó su espada posicionada hacia un lado. Su armadura relucía con un hermoso brillo morado mientras que Kronos no daba crédito a lo que sus ojos presenciaban:
- ¿...Hades...? – susurró.
- Algo así, jeje – rió el chico con aires de superioridad – Missioh, Planetary Gleam de Plutón.
- ...Urano... Plutón... ¿Quiénes sois vosotros?
Mix miró de reojo a su amiga, ella se apartó un poco de Camus y dio un paso al frente, colocándose al lado del chico. Él dibujó una media sonrisa, orgulloso de ver cómo Elyn vestía la Gleam helada:
- Somos la nueva generación de los Destellos Planetarios – zanjó el muchacho y en ese instante, la lanza de Elyn volvió a materializarse en la mano de la muchacha. - Y juntos protegeremos este mundo.
***
Un nuevo enfrentamiento dio lugar en el que tanto Elyn como Missioh lucharon contra Kronos usando toda su energía, en aquella ocasión el dios se vio arrinconado en más de una ocasión pero por desgracia, las escasas fuerzas de la muchacha, más la herida de la guadaña de Kronos, la obligaron a defenderse más que a ser un enemigo ofensivo. Mix no tardó en percatarse de ello por lo que le ordenó a su amiga que se marchara de allí lo antes posible:
- ¡No pienso ir a ninguna parte! No podrás hacer esto solo.
- ¿Quieres apostar? – rió él, esquivando con facilidad un ataque de Kronos – Por favor, hazme caso y márchate, pon a salvo a Camus y Assi y vuelve cuando esa herida deje de darte problemas.
A pesar de las dudas, la chica obedeció a regañadientes la petición de su amigo sabiendo que si se quedaba más tiempo no solo lo preocuparía más sino que además podría poner la vida del muchacho en peligro. Finalmente, y con todo el dolor de su corazón, Elyn dio media vuelta y se alejó del enfrentamiento. Apenas necesitó un par de saltos para reunirse con Camus y su madre, la mujer ayudaba al antiguo Caballero de Atenea a mantenerse en pie con una mirada de absoluta preocupación. Elyn tragó saliva, debían salir de allí cuanto antes... Un fortísimo golpe llamó su atención justo antes de marcharse, la chica clavó sus ojos violáceos en su amigo y lanzó contra Kronos un ataque que además sirvió de protección para Mix, aquella sería su despedida por el momento. El dios enfureció pero el chico aprovechó su despiste para alejarlo no solo de la muchacha sino también del lugar que ya amenazaba con venirse abajo.
***
Elyn fue abriéndose paso a toda velocidad para asegurar el camino por el que Camus avanzaba, sus heridas empeoraban con cada paso que daba pero ella confiaba en que una vez fuera, alguien pudiera ayudarles.
Justo cuando creía que la salida se abriría ante ellos, una montaña de escombros le cerró el paso: era enorme así que traspasarla usando solo la fuerza no era una buena opción. Durante un instante, miró a su madre sosteniendo a Camus, aquella imagen de sus padres unidos le dio fuerzas para continuar protegiéndolos así que, inspirando profundamente y canalizando su propio cosmos hacia el exterior, cerró el puño y golpeó el aire:
Justo cuando creía que la salida se abriría ante ellos, una montaña de escombros le cerró el paso: era enorme así que traspasarla usando solo la fuerza no era una buena opción. Durante un instante, miró a su madre sosteniendo a Camus, aquella imagen de sus padres unidos le dio fuerzas para continuar protegiéndolos así que, inspirando profundamente y canalizando su propio cosmos hacia el exterior, cerró el puño y golpeó el aire:
¡¡POLVO DE DIAMANTE!!
La nieve y el hielo cubrieron rápidamente los escombros provocando una explosión que deshizo por completo la montaña que les impedía el paso pero cuando la chica dio un paso al frente, descubrió que al pie de las escaleras que daban al exterior, había un grupo de personas que se protegían del impacto de su ataque:
- La próxima vez asegúrate que no haya nadie que pueda resultar herido.
- Si llego a saber que estabas detrás le habría dado más fuerte.
Hyoga sonrió en respuesta al ver a la muchacha, se encontraba feliz no solo de verla sana y salva sino de contemplar de nuevo la Gleam de Urano sobre su cuerpo, eso solo le indicaba que Elyn estaba dispuesta a pelear. La chica saltó todos los escalones para reunirse con Hyoga pero antes de abrazarlo por pura inercia, se fijó en que Shun estaba un poco más apartado acompañado por dos mujeres que se volvieron a mirarla:
- ¡Dama Hilda! ¡Flare! – exclamó Elyn.
Flare se acercó a ella y la emoción estalló cuando se abrazaron. Flare conocía a Elyn desde que era pequeña y verla portando una armadura no le sorprendió en absoluto conociendo sus precedentes pero Hilda no tardó en volver a su responsabilidad sin prestarle más atención. Cuando Elyn se fijó en lo que hacía, descubrió que Afrodita sostenía entre sus brazos a Lyfia, la actual representante de Odín en la tierra de Asgard. Hilda de Polaris luchaba por trasmitirle energía y a los pocos minutos, la mujer de cabello celeste abrió los ojos con lentitud y se incorporó algo desorientada. Todos suspiraron aliviados, nadie había resultado herido de gravedad por lo que Elyn dio media vuelta y se encaminó hacia la escalinata confiando en que Hilda también curaría las heridas de Camus:
- ¿A dónde crees que vas? – le preguntó el antiguo Caballero sujetándola del brazo cuando pasó por su lado.
Elyn lo observó, hallando de nuevo la frialdad que cada vez se hacía más típica en los guerreros bajo la constelación de Acuario:
- Tengo que volver, Mix sigue peleando.
- Pero es una locura.
- ¿Y crees que no lo sé? – Elyn se zafó de Camus con furia pero poco tardó en cambiar su tono para referirse a él, no quería marcharse de aquella forma – Pero no hay alternativa... ya has visto lo poderoso que es ese dios, no puedo dejar a Missioh solo.
- Sin un arma capaz de matar a un dios no puedes hacer nada, Elyn – le dijo Afrodita poniéndose en pie, interrumpiendo la conversación.
- ¿Qué quieres decir?
- Missioh posee la espada de Hades y por ello puede hacerle frente al Megas Drepanon de Kronos. Solo él puede matarlo tal y como Urano predijo, porque posee un arma capaz de derrotar deidades.
- Entonces ¿de qué sirvo yo? Si cuento con el poder de Urano es porque también soy necesaria en esta batalla, Afrodita, ¿por qué yo no tengo un arma?
- Sí que la tienes... – dijo Camus de repente. Todos lo miraron, extrañados. Él sabía que al principio lo había tomado por una casualidad pero ahora estaba seguro de lo que sus ojos habían visto – Tú puedes invocar la Lanza de Gungnir.
Elyn se miró la mano de derecha y buscó en su interior el poder necesario para traer a la realidad la lanza de cristal que la había ayudado a enfrentar a Kronos. Cuando el arma apareció en su mano, Lyfia se levantó para observarla de cerca. La representante de Odín en La Tierra parecía extremadamente asustada pero cuanto más observaban sus ojos aquella lanza, más convicción había en las declaraciones de Camus:
- Es cierto...
- ¿Es auténtica, Lyfia? – cuestionó Hilda, muy seria.
- Sí... Sin embargo esta está hecha de cristal y su energía es diferente a la que casi nos destruye hace quince años. La Lanza de Gungnir fue un arma demoníaca pero también perteneció por un tiempo a Odín, por lo que sigue siendo un arma capaz de enfrentar a los dioses... Lo que no entiendo es ¿por qué es distinta a la que Loki invocó?
- Porque la energía de quien la porta es diferente – intervino Shun – Elyn nació de la unión entre un Caballero de Oro y una nativa de Asgard, ella posee en sus venas la protección de Odín y la luz de Atenea; además, gracias al poder de Urano el control de su cosmos aquí es prácticamente absoluto por lo que canalizar energía suficiente para materializar un arma divina no es un problema para ella; la apariencia de la Lanza es distinta a la que recordáis porque la voluntad de quien la porta es la de proteger a las personas, no la de eliminarlas... Odín le está permitiendo a uno de los suyos el uso de la Lanza de Gungnir porque conoce las auténticas intenciones de Urano y su Destello.
Camus y Afrodita se quedaron sin habla mientras observaban como la voz, el tono y las expresiones de Shun parecían ser una copia exacta de las que habría pronunciado Shaka, aquel joven muchacho que por un tiempo había sido el recipiente de Hades y que ellos habían conocido como el Caballero de Andrómeda, resultaba ser un digno sucesor para la constelación de Virgo. Por su parte, la mujer de cabello celeste y representante de Odín miró a Elyn, sonriente, sus ojos morados confirmaban las palabras de Shun por lo que el corazón de la chica comenzó a latir con fuerza, nerviosa por tener en sus manos tal responsabilidad. Sin embargo, aunque quiso agradecer la confianza de los demás en ella, las palabras no llegaron a salir de su boca pues un fortísimo temblor desestabilizó a los allí presentes: Mix y Kronos destrozaron parte de la piedra que se adhería a la montaña más cercana, luchando ahora en el aire y envueltos en una cantidad abismal de cosmos. Los temblores provocaron un nuevo derrumbe y un centenar de pedruscos cayeron sobre el grupo de Caballeros.
¡¡ESCUDO DE CRISTAL!!
Exclamó Elyn y un formidable muro de hielo se creó sobre sus cabezas, la nieve se arremolinó en torno a la mano de la chica, convirtiéndose en una protección absoluta:
- Debes ir tras ellos, Elyn – le pidió Hilda.
La chica tragó saliva, un tanto aterrada, su corazón dudaba entre quedarse allí y proteger Asgard o lanzarse de nuevo a la batalla contra Kronos:
- Pero yo...
- No dudes, Elyn – dijo la voz de Camus a su espalda, el antiguo Caballero de Acuario se acercó a ella y la observó orgulloso – No solo cuentas con el poder de Urano, Odín te concede su arma y Atenea su protección; es posible que Missioh esté destinado a ser el guerrero que derrote a Kronos pero tú estás destinada a ser "la estrella que vele por todos".
Los ojos de la muchacha se aguaron de repente, el nombre de Elyn provenía de una estrella que solamente podía verse una vez cada quince años, ese astro brillaba el día de su nacimiento y el día que consiguió su Gleam, aquella estrella también era Urano, el planeta regente de la constelación de Acuario; la leyenda contaba que allí vivía una princesa cuyo único deseo era cuidar de todos los habitantes de La Tierra sin importar su procedencia. Una leyenda que solo la gente de Asgard conocía y que seguramente, él sabría gracias a Assi. Ella no necesitó mucho más para saber que Camus le estaba mandando un claro mensaje y su corazón se derritió finalmente ante él; por primera vez desde que lo había visto, Elyn le sonrió con sinceridad y lo abrazó con fuerza, deseando con todo su ser que aquel abrazo no fuera el último entre los dos.
***
Tras dejar atrás la prisión que los encerraba, Missioh pudo liberar todo su poder sin restricciones. Allí donde se habían retirado no había humanos que pudieran sufrir por el despliegue de su fuerza, Asgard siempre se había caracterizado por sus bastas extensiones de nieve donde ni un solo animal sin refugio podía sobrevivir; haber huido hacia aquellos páramos había sido una gran idea. No obstante, era la primera vez que liberaba toda la fuerza de su Gleam y la batalla empezaba a pasarle factura, Kronos también mostraba cansancio en sus movimientos pero el hecho de ser un dios le generaba energía de manera constante por lo que el muchacho no podía permitirse perder el tiempo. La batalla volvió a iniciarse, el choque del Megas Drepanon y la espada de Hades provocó una explosión de cosmos sin precedentes, la onda expansiva desintegró la escasa vegetación de los alrededores y la nieve se evaporó en cuestión de segundos. Ambos se miraron un instante, viendo más allá el uno del otro, Missioh elevó su cosmos mucho más del límite establecido consiguiendo que Kronos retrocediera un paso, en aquel instante, su movimiento fue tan rápido que ni el propio dios lo vio venir:
¡¡PICADURAS OSCURAS!!
Trece picaduras impactaron en el cuerpo de Kronos. El dios movió con furia su guadaña y Mix se vio obligado a saltar hacia atrás, su rival clavó una rodilla en el suelo mientras su respiración se aceleraba, sintiendo como su cuerpo empezaba a entumecerse por la marca que generaban los picotazos del ataque rival. El Rey de los Titanes se miró anonadado, incapaz de creer que un ataque humano pudiera hacerle efecto, hasta que recordó que posiblemente no se estaba enfrentando a un sucio mortal sino al auténtico poder de Hades, su propio hijo. No le bastaba con odiar a Zeus por haberlo derrotado sino que ahora, el Dios del Inframundo se posicionaba en su contra...
Era su momento, Missioh debía actuar sin perder un solo segundo más: estiró la mano izquierda y dibujó en el aire a toda velocidad una estrella de cinco puntas encerrada en un círculo, el trazo brillaba con un tono rojizo y cuando estuvo terminado, se expandió hasta alcanzar el tamaño de su invocador. El chico atravesó el centro del círculo con el dedo índice por delante y nada más romper la estrella, una diminuta armadura se formó en torno a la mano del muchacho, afilando su uña como el aguijón de un escorpión. Debía acertar en una de las trece picaduras y así, separar el alma del dios de su cuerpo:
Era su momento, Missioh debía actuar sin perder un solo segundo más: estiró la mano izquierda y dibujó en el aire a toda velocidad una estrella de cinco puntas encerrada en un círculo, el trazo brillaba con un tono rojizo y cuando estuvo terminado, se expandió hasta alcanzar el tamaño de su invocador. El chico atravesó el centro del círculo con el dedo índice por delante y nada más romper la estrella, una diminuta armadura se formó en torno a la mano del muchacho, afilando su uña como el aguijón de un escorpión. Debía acertar en una de las trece picaduras y así, separar el alma del dios de su cuerpo:
¡¡Meiou no Nageki!! (Lamento del rey)
Solo uno. Tan solo debía acertar en uno de los trece puntos.
Sin embargo, Kronos detuvo con un solo dedo todo el impulso que Missioh había tomado para atacarlo. Aún en el suelo y sintiendo como su cuerpo se llenaba de un extraño cosquilleo, el dios dibujó una diabólica sonrisa. Un escalofrío recorrió la espalda de Mix, el poder de Kronos se sentía de repente totalmente renovado, como si hubiera nacido de nuevo sin un solo atisbo de cansancio:
- Estúpidos Caballeros de Atenea... – susurró.
Superando la velocidad de la luz, Kronos echó su puño hacia atrás y lo golpeó con una fuerza desmesurada. La onda expansiva lanzó a Mix a varios metros hacia atrás pero el chico no sintió dolor alguno, como si lo único que lo hubiera empujado hubiera sido la energía y no el golpe:
- Parece que te cuesta entender que no somos servidores de la diosa – dijo una voz.
Missioh alzó la cabeza. Elyn estaba allí, sujetando con una sola mano el puño de Kronos y con la otra, su lanza de cristal. Ambos se enzarzaron en una nueva batalla donde ninguno de los dos cedió un instante para descansar o analizar movimientos del otro. Mix no podía creer que el dios al que enfrentaban no se cansara lo más mínimo pero ahora que su amiga había vuelto, quizá tuviera una oportunidad de cogerlo desprevenido. Finalmente, la Megas Drepanon y la Lanza de Gungnir se detuvieron en un golpe al unísono. Kronos y Elyn se miraban a los ojos, tratándose de igual a igual, olvidándose de todo lo que había a su alrededor como si realmente allí solo estuvieran los que, en la Era Mitologica, fueron padre e hijo. Kronos y Urano enzarzados en una nueva batalla por la supremacía de uno de los dos.
Elyn apartó la guadaña de Kronos sirviéndose de un giro de muñeca, ambos enemigos giraron sobre sí mismos siguiendo el ritmo que sus armas le guiaban; sin embargo, cuando el dios se posicionó de nuevo frente a la muchacha para atacarla, algo atravesó su pecho. La respiración de Kronos se detuvo y una bocanada de sangre salió de su boca cuando Elyn retiró el pico inferior de su arma del cuerpo de su rival. El siguiente movimiento dependía de Mix:
- ...Urano... – dijo entonces Kronos en un susurro casi inaudible –... Ayúdame...
De repente una fuerza oscura envolvió el cuerpo del dios, enloqueciéndolo. Elyn y Mix retrocedieron sin saber qué hacer debido a las palabras de auxilio que habían escuchado en los labios del Rey de los Titanes ¿Acaso Kronos tenía motivos para pedir ayuda? Sin previo aviso, algo explotó en el interior de Kronos y la energía que desató fue tan devastadora que la tierra tembló con fuerza una vez más. Una bruma negruzca se alzó sobre sus cabezas y Elyn distinguió la forma de una gigantesca persona que por unos instantes, le sonrió para después desaparecer. El dios gritó con agonía como si ni él mismo fuera capaz de controlar aquello que brotaba de su interior. La chica palideció de miedo, creyendo que aquel sería su final...
"No solo cuentas con el poder de Urano, Odín te concede su arma y Atenea su protección; es posible que Missioh esté destinado a ser el guerrero que derrote a Kronos pero tú estás destinada a ser la estrella que vele por todos."
La voz de Camus en sus recuerdos la tranquilizó. Él tenía razón, contaba con el poder de Urano, el arma del dios de su pueblo y la protección de la diosa de su padre y maestro, no podía decepcionar a los que habían confiado en ella, debía hacer algo a toda costa pues si Kronos perdía el control definitivamente podría llegar el fin del mundo que conocía. Dio un paso al frente sin dejar de mirar al Rey y la fuerza maligna que desprendía. Por un segundo, ella y él se miraron haciendo que el tiempo se detuviera para ambos:
"... Urano, ayúdame..."