Un juego de niños.


Finalmente el sueño de Aphrodite empezó a hacerse realidad. Sin acosadores que lo molestaran, el chico no tardó a hacerse notar en el bloque D a base de sus conocimientos y desparpajo sin igual: se ofrecía voluntario para organizar cualquier actividad, estuviera o no relacionada con él; optó también por apuntarse al club de teatro y en pocos días fue nombrado como vicepresidente de la actividad gracias a su talento para la interpretación, sus ideas innovadoras y su predisposición para ayudar a los demás. Los días pasaban cada vez más deprisa y con cada nueva jornada, Aphrodite conocía a nuevos estudiantes que lo admiraban por encima de su aspecto... Poco a poco, el sufrimiento y la incomodidad que había guardado en las últimas semanas, se fue disipando. El chico también fue citado un par de veces por la directora, Saori Kido, para ponerla al día de su nueva vida; la mujer se mostró más que satisfecha al ver el renovado humor del líder de Piscis, descubriendo que había cambiado considerablemente así que se aventuró a animarlo a continuar por el camino que ahora seguía. 

“Espero grandes cosas de ti, Aphrodite.” 

Por otro lado, los encuentros con Saga de Géminis se redujeron a furtivas miradas y algún que otro guiño por parte del futuro Presidente del Consejo siendo aquel coqueteo un detalle que tan solo ellos entendían; había química entre ambos pero ninguno daba el paso de iniciar una conversación que fuera más allá de los quehaceres de la academia. 

***

Pero entre tanto conocido, también hubo quienes dieron el paso de estrechar su relación con Piscis: ocurrió en el club de teatro en donde coincidió con dos dirigentes de otras constelaciones que apoyaron su candidatura para que se uniera a la directiva de las actividades: ellos eran Aioros, por parte del signo de Sagitario, y "Deathmask", de Cáncer. Éste último había supuesto una sorpresa para el chico de cabello celeste pues nada más escuchar la presentación de Cáncer, Aphrodite insistió en que confesara su nombre real ya que se negaba en rotundo a llamarlo por tal apodo; no obstante, Deathmask se escudó en que todo el mundo lo conocía por tal sobre nombre y que nada lo haría cambiar de opinión:

- Ni siquiera tu cara bonita funcionará conmigo. Confesó entre risas.

 Aunque las sorpresas con aquel alumno no terminaron ahí: Cáncer era italiano, procedía de una de las familias más ricas de Italia y bajo su cargo había casi una decena de empresas pero el muchacho parecía no interesarse lo más mínimo por los negocios familiares y prefería claramente pasar un buen rato rodeado de amigos y cerveza. No era el mejor interpretando en el club de teatro pero se le daba muy bien improvisar y escucharlo hablar –aunque no se ciñera a ningún guión– resultaba de lo más atrayente; ¡y también se encargaba de la música! Algo que Aphrodite consideró bastante oportuno para las futuras obras que tenía en mente... 

Sin embargo, por más que se esforzaba el líder de Piscis, no dejaba de pensar en cómo serían las cosas si aquellos que lo rodeaban con tanto cariño fueran el atractivo Saga de Géminis...

***

El tiempo fue transcurriendo con normalidad, los días se hicieron haciendo poco a poco más fríos y las tardes en la biblioteca se convirtieron en una rutina para Aphrodite y sus nuevos amigos. Por eso, a comienzos de Noviembre, días después de las celebraciones de Halloween, Saga apareció por el club de teatro para entregar unos documentos porque ya debía empezar a prepararse la fiesta de Navidad y quería contar con la ayuda de todos los miembros posibles para la organización del acto. Saga expuso sus ideas frente a los responsables del club de teatro esperando el visto bueno de su presidente, lo que Géminis no se esperó es que este pidiera la expresa opinión de Aphrodite:

- Desconocía que el líder de Piscis tuviera tanto peso en las decisiones oficiales. – opinó Saga con un tono burlón.

- Oh, te sorprendería saber lo insistente que puedo llegar a ser cuando me propongo algo – contraatacó el chico de manera dulce pero con un veneno letal en sus palabras – No me parecen malas ideas pero tengo alguna que otra condición que si niegas no creo que merezca la pena contar con nuestro apoyo.

Saga alzó una ceja, interesado por el camino que estaba tomando la conversación, el tono al hablar del muchacho de cabello azulado lo retaba y él solía tener muy mal perder. Cruzó los brazos a la altura del pecho y acomodó su espalda en la silla:

- Soy todo oídos.

- En primer lugar, quiero carta blanca con el presupuesto, si quieres una fiesta digna de ser recordada no se puede escatimar en gastos así que si tengo que estar pendiente de que mis presupuestos se aprueben o no, no puedo garantizar un resultado de diez. 

- Me parece algo razonable pero sí tendrías que esperar a que yo supervisara cada uno de los gastos en los que quisieras emplear el dinero del que dispone la academia. Continúa.

 - Muy bien. En segundo lugar... quiero que le otorgues el espectáculo principal de fin de curso a nuestro club, creo que podemos hacer un trabajo que incluso mejore los resultados anteriores y puedo demostrarlo usando la fiesta de Navidad como entrante.

- Mmm... Eso es un tema más delicado ya que podría crearme serios problemas con el club anterior, me temo que tendría que reservar mi decisión final en base al resultado de la fiesta de Navidad. 

 Aphrodite sabía que la tradición de la escuela desde hacía varios años estipulaba que aquella sección de la que hablaban había pertenecido desde siempre al Club de Artes Marciales pero llevar a lo más alto al club de Teatro era su siguiente objetivo y solo el Presidente del Consejo podía decidir al respecto; de modo tras sopesarlo un momento, Piscis decidió sacar la artillería pesada:

- ¿Qué te parecería, aceptar como "pago por adelantado" mis condiciones y si se diera el caso de que no te gustara la fiesta de Navidad... Rechazar la propuesta en ese entonces? 

- Sé que puedes ofrecerme algo más. – contraatacó Géminis, dibujando una media sonrisa en su rostro. 

- Mmm... Quizá. Pero no sé si estarás a la altura. 

- Pruébalo. 

- Está bien... Concédenos el espectáculo de fin de curso y organizaré la mejor fiesta de Navidad hasta la fecha siendo tu acompañante esa noche. 

- Oh no, no... no quiero un acompañante invisible que esté ocupado en todo momento con los imprevistos que puedan surgir. 

- Oh, no me has entendido, Saga... Puedo ser tu perfecto acompañante esa noche sin que te acuerdes de que yo organizo la fiesta. 

 De repente, las palabras de Aphrodite silenciaron la reunión mientras sus ojos jugaban con los de Géminis. Entre tanto, Aioros –que coordinaría las actividades– y el presidente del club se quedaron sin habla, pensando en la forma en la que conseguirían cumplir todas las expectativas de Piscis. Ellos estaban al tanto de las intenciones de Aphrodite sobre ser el protagonista en la celebración de fin de curso, y más ese año en el que el antiguo Presidente del Consejo se graduaba, pero ofrecerle a Saga algo tan personal para que aceptara el trato no era algo que hubieran hablado en consenso:

- ¿Eh…? Aphro... – empezó a preguntar Aioros pero las palabras de Saga cortaron rápidamente las del líder de Sagitario

- Está bien. Acepto.

Los dos espectadores se miraron entre sí, incrédulos ante lo que acababa de ocurrir. Ya les costaba asimilar que ese año tendrían una gran responsabilidad con la academia pero aún más impactante les pareció pensar en la idea de ver al futuro Presidente del Consejo Estudiantil acompañado por el líder de Piscis:

- Si eres capaz de conseguir que me olvide de que organizas la fiesta siendo mi acompañante... Os concederé el acto principal de la fiesta de fin de curso.

- Un placer hacer tratos contigo, futuro-Presidente. – Sonrió mientras jugaba con un mechón de su melena celeste, ocultando lo emocionado que estaba por la respuesta de Géminis.

Saga se levantó de la silla para dejar que la comitiva se pusiera manos a la obra con todas sus peticiones y se marchó de allí felicitando al presidente del club de Teatro por la grata reunión. Antes de salir por la puerta, cuando ya nadie le prestaba atención, Saga giró levemente la cara y le lanzó un fugaz guiño a Aphrodite.

***

Ese mismo día, cuando el firmamento repleto de estrellas ya llevaba varios minutos cuidando del campus, Aphrodite encontró a Saga apoyado en una de las farolas cercanas al edificio donde el club de teatro estaba ubicado. Lo estaba observando con una pícara sonrisa en la cara así que cuando Piscis perdió de vista a sus compañeros, se movió con aire seductor hacia el futuro Presidente del Consejo pues como ya había sacado valor para hacerlo su acompañante en la fiesta de Navidad, entablar conversación amistosa debería ser pan comido:

- En menudo lío me has metido. – Le dijo Saga sin cambiar la expresión de su bello rostro.

- Oh ¿Yo?

- Shura está hecho una furia por el posible cambio de planes de cara a final de curso e incluso se ha propuesto hablar con la directora Saori personalmente. Espero un poco de comprensión por tu parte si al final no podéis quedaros con el plato fuerte aunque cumplas con tu promesa.

- Vaya, vaya… ¿El Presidente de artes marciales se ha enfadado? – Preguntó Aphrodite con sarcasmo – Pero lo siento mucho por ti, Saga, así son los negocios; te has comprometido a ciertas cosas si consigo que la fiesta de Navidad sea un éxito así que quiero el espectáculo principal si cumplo mi objetivo. Lo que opine Shura al respecto no es mi problema.

- Ah... ¿Y por eso vas a convertirte tú en mí problema? – En aquel momento, Saga alargó los brazos y los pasó por la cintura del líder de Piscis para atraerlo hacia sí, quedando con dicho gesto muy pegados el uno del otro – Estás jugando con fuego, Aphrodite.

- Por favor, he organizado las fiestas aristócratas de mis padres desde los doce años... esto no es más que un juegos de niños. – Contestó Piscis, pasando sus brazos por el cuello de Géminis – A estas alturas yo prefiero otro tipo de diversión.

En aquel momento, los labios de Saga tomaron los suyos desatando un deseo que ya no podía controlar, Aphrodite correspondió con gusto a aquel romántico gesto y se atrevió a ir incluso un poco más allá. El líder de Piscis introdujo los dedos en la melena de Géminis, buscando con ello quedar más pegado a la cara del chico si es que eso podía ser posible. Saga se dejó llevar por el embriagador perfume a rosas que envolvía la escena, Aphrodite resultó ser alguien adictivo y sus manos dejaron constancia de aquel pensamiento. El beso fue intenso, buscado por ambos, al igual que las caricias que tuvieron la osadía de ir bajo los uniformes:

- Admito que esto es mucho más divertido que discutir con Shura. – Susurró Saga separando un poco sus bocas.

- Podemos dejar la partida aquí o continuarla en otra parte, te concedo esa decisión. – Rio Aphrodite mientras jugueteaba con un mechón de pelo de Géminis.

Saga dejó escapar una risotada en voz baja y finalmente, con sumo esfuerzo, se alejó de Aphrodite, dando por concluida la sesión de besos nocturnos:

- Dejemos los juegos hasta que esté permitido el contenido para mayores de 18.

Ambos se echaron a reír por el estúpido comentario de Saga y se despidieron con una amplia sonrisa, como si nada hubiera pasado entre ellos pero, a partir de ahí... los dos iniciaron una serie de encuentros fortuitos de los que nadie fue testigo, solamente la luna o las estrellas, entablando así una relación que poco a poco empezó a envolver sus corazones.