Fin de curso.


Shura se quedó mudo. Estaba dispuesto a escuchar cualquier barbaridad por parte de Piscis pero la petición del chico le quedó grande. En respuesta, sólo pudo parpadear y buscar apoyo en Aioros pero pronto entendió que Sagitario estaba allí para secundar la idea del vicepresidente del club de teatro así que no tuvo más remedio a, por lo menos, escuchar la propuesta que le ofrecían. Aphrodite inició con disculpalse varias veces por haber tenido la osadía de “apartar” al club de artes marciales del acto principal de fin de curso tras el absoluto talento que poseían sus participantes aunque no por ello desmereció las capacidades de los suyos, al contrario, la idea de unir ambos clubes nacía de las aptitudes que había descubierto en ambas secciones. La idea de Piscis se basaba, a grosso modo, en una danza grupal que enlazaría varias culturas del mundo, viajando desde América hasta el propio Japón, sin importar la época o la indumentaria:

- Podríamos comenzar escoltando a mis bailarines mientras realizáis parte de vuestra propia coreografía; después, el club de teatro continuaría con el espectáculo hasta llegar a los grupos de China y Japón dónde poco a poco os iríais integrando vosotros; de esta manera, dejaríamos unidos por completo ambos clubes en la nación de la academia, detalle que sé que emocionará a Saori Kido. – Aphrodite hablaba lleno de convicción, imaginando en su cabeza el espectacular resultado que podrían ofrecer en conjunto – A partir de ahí, toda la atención recaería en tu club, Shura: el acto principal sería mucho más largo pero también sería más impactante que los años anteriores; tenéis un gran potencial y se os ve un como un conjunto profesional pero os falta color, vestuario ¡Eso es algo que podemos ofrecer el club de teatro! Además, dijiste que no estabas convencido de algunas partes porque tienes que prescindir de compañeros para la ayuda en las acrobacias, si vestimos a parte de mi gente igual que tus acróbatas, el club de teatro sería tu pilar y contarías con más personas para tu coreografía ¡Sería perfecto!

- Wow yo...  – balbuceó Shura – N-No sé qué decir…

- ¡Y no solo eso! Imagina la imagen que ofreceríamos, sería el primer año en el que dos clubes se coordinan para un espectáculo conjunto y aunque, es cierto que habría que trabajar algo más, el resultado sería muchísimo más vistoso para el público, demostrando que no peleamos por el acto sino que unimos nuestros puntos fuertes para darle mucha más riqueza. Seríamos pioneros en esto, ¡marcaríamos una diferencia con todos los líderes de los clubes anteriores! ¿No sería increíble?

Capricornio solo podía mirar cómo Aphrodite se emocionaba por momentos, gesticulando y moviéndose de un lado a otro como un general cuya maniobra era capaz de llevar a su equipo a una clara victoria. Hablaba seguro de sí mismo y con absoluta devoción hacia lo que veía en su mente, a Shura le pareció imposible no sumarse al entusiasmo de Piscis pues el chico no imponía su opinión sino que era una puerta abierta a nuevas proposiciones o visiones que él aún no hubiera contemplado; aquel que en un principio había tomado por un interesado y manipulador estudiante resultaba ser un chico simple pero de grandes ambiciones y con ganas de demostrar su valía, algo que él valoraba por encima de cualquier cosa:

- Tsk… Así que es así como convenciste a Géminis ¿eh? – Rió Shura mirando a los dos compañeros – ¡Arg! Odio admitirlo pero... eres bueno, niño bonito. Muy bueno. Me abruma lo que dices pero es perfecto.

- ¿Debo tomarme eso como un halago? – Respondió Piscis sabiendo que había conseguido su propósito – ¿Trato hecho, entonces?

- Trato hecho... bro.

Y así, ambos sellaron su acuerdo con un animado apretón de manos. 

***

Tal y como Aphrodite había dicho, el unir su espectáculo con el club de artes marciales implicó mucho más trabajo para todos los participantes; no obstante, eso le sirvió al líder de Piscis para mantenerse extremadamente ocupado los siguientes meses ya que, no solo tuvo que coordinar a mucha más gente para el acto principal sino que los exámenes también se llevaron gran parte de su concentración. 

Fue así, como poco a poco, las semanas fueron pasando y las fechas acercándose rápidamente,  los exámenes contribuyeron a un estado de ansiedad permanente que provocó grandes trifulcas entre Shura, Aioros y Aphrodite, que amenazaron con romper el equilibrio y la unión de los clubes de cara a final de curso… pero por suerte, la madurez de los tres y una fabulosa intervención de Deathmask para lidiar con la tensión ayudó a que, una vez liberados de parte del estrés, todo volviera a su cauce como si nada hubiera pasado. 

En ese tiempo, las palabras que Aphrodite cruzaba con Saga eran escuetas, con muchas horas de diferencia o incluso días; por lo que poco a poco, sus conversaciones fueron más y más simples, aunque por parte de Aphrodite el amor por Géminis no había disminuido ni un ápice, simplemente no quería molestarlo o ser demasiado insistente y por ello, acabó por darle el espacio que consideraba oportuno teniendo en cuenta lo poco hablador que se había vuelto Saga en Grecia. Al principio, acudía con regularidad a preguntarle a Kanon sobre él, esperando tener alguna información extra de la que contaba pero el gemelo de Géminis no le decía mucho más y también se escudaba en que la conexión de internet que su hermano tenía en Europa era un tanto nefasta así que Piscis también acabó desistiendo de entablar más conversaciones incómodas con el gemelo de Saga.

***

La noche anterior al gran día, Aphrodite aún tenía muchas cosas por hacer: coser algunos cierres de los trajes que usarían al día siguiente los acróbatas de Shura, ordenar los números de los asientos para colocarlos en orden sobre las butacas, asegurarse de tener todo preparado para pasar los meses de verano en Suecia, no dejar nada de comida en el apartamento más que su futuro desayuno y un largo etcétera… Fueron multitud de pequeños detalles que dio por finalizados a las dos menos cuarto de la madrugada. Mientras se comía una manzana en la encimera de la cocina, cogió su teléfono y configuró la alarma para las siete y media calculando, tener tiempo suficiente para ducharse y desayunar antes de reunirse con Shura en el auditorio principal a la mañana siguiente.

Sin embargo, el timbre de su apartamento sonó de repente, sobresaltándolo tras enviarle a Capricornio la hora y lugar de su reunión. El chico se levantó un tanto nervioso, sin saber quién podría necesitarlo a aquellas horas pero el día señalado traía consigo grandes retrasos así que colocó una mano en el picaporte y abrió con suavidad:

- … ¿Kano…?

Antes de terminar de pronunciar el nombre que escapó de su boca, sus labios fueron capturados por los de Géminis, que entró como un torbellino en su apartamento. Durante un par de segundos, Aphrodite se quedó sin saber qué hacer mientras era besuqueado con una pasión desbordante. Gracias a un instante de lucidez, recordó que el Presidente del Consejo Estudiantil estaría presente en la fiesta que daba por concluido el curso escolar de modo que… aquel chico debía ser…

- ¿Saga…? – alcanzó a murmurar separándose un momento de la boca de su amante.

- Vamos a tu habitación, por favor.

La desesperación en aquellas palabras derritió el corazón de Piscis, pudiendo reconocer en ellas el tono de voz de Saga por lo que no le dedicó más tiempo en pensar si era él o no. Aphrodite obedeció sin réplica, llevando a Géminis hasta su cama y dejándose hacer con la misma intensidad que la primera vez que yacieron juntos en diciembre, los cuatro meses que los habían separado parecieron pasar sobre ellos en cuestión de minutos sacando a relucir toda la necesidad de amor que habían sufrido hasta el momento entre gemidos y caricias. Piscis se dejó guiar por sus instintos, había extrañado tanto a Saga que su única prioridad era obedecer cualquier petición del muchacho; necesitaba era tenerlo cerca, sentirlo como la primera vez… y tal fue su entrega que apenas tardó segundos en quedarse dormido en brazos de Géminis cuando el silencio de la madrugada los abordó.

***

El teléfono de Aphrodite sonó con fuerza desde la cocina y lo hizo tantas veces, que el chico tuvo que levantarse finalmente para detener la música que martilleaba su cabeza. Sin embargo, el corazón se le detuvo cuando identificó que no se trataba de la melodía de su alarma sino la del tono de llamada. Al observar la pantalla, el nombre de “Deathmask” aparecía en ella. Nervioso y olvidándose del sueño que todavía sentía, miró el reloj de su salón: Las ocho y cuarto. El líder de Piscis blasfemó unas cuantas veces antes de descolgar la quinta llamada que Cáncer le hacía pues sabía qué escucharía una vez respondiera por el auricular:

- ¡Al fin, Dite, joder! ¡Me habías preocupado! ¿Dónde estás?

- En casa…

- ¿¡Qué?! ¿Te has quedado dormido? Sí, tío, se ha quedado frito – aquellas últimas palabras sonaron lejanas por lo que Aphrodite dedujo que Capricornio estaría todavía esperándolo junto a su amigo – Shura te va a matar, ¿lo sabes, verdad?

- Lo siento, me quedé hasta tarde trabajando y…

- ¡No mientas! – dijo Shura arrebatándole el teléfono a Deathmask – Saga te hizo una visita anoche, Aioros lo vio correr hacia tu edificio a las tantas de la madrugada.

Aphrodite cerró los ojos y maldijo a Sagitario pero en realidad no podía reprocharle nada, sin duda la culpa era suya por no haber puesto distancia entre Géminis y él la noche anterior. En cualquier caso, ya afrontaría su falta de puntualidad más tarde, asumiendo que también tendría que escuchar las risas de Cáncer durante un tiempo:

- Lo siento, de verdad... No escuché el despertador, estaré en el auditorio en diez minutos; de verdad, lamento muchísimo el retraso.

Y acto seguido colgó la llamada. 

Sin perder más tiempo, soltó el teléfono y corrió hacia la ducha. Cuando salió, descubrió que Géminis ya no estaba en su apartamento y en cierto modo lo agradeció pues sabía que si volvía a fijarse en el maravilloso cuerpo del Presidente del Consejo, caería rendido de nuevo a sus encantos. Finalmente recogió las cosas que debía llevar al auditorio para acto seguido, coger un café y la pequeña bolsa del desayuno del frigorífico, dispuesto a sobrevivir al día que le esperaba a base de cafeína.