El club de artes marciales.


Por fortuna para Aphrodite, las vacaciones de Navidad pasaron velozmente gracias a la cantidad de encuentros familiares y diferentes eventos a los que él y sus padres estaban invitados desde hacía meses. Las reuniones sociales de la alta clase sueca siempre contaban con su presencia así que entre unos quehaceres y otros, cuando quiso darse cuenta, ya se encontraba en el vuelo de regreso a Japón. No obstante, el escaso mes que había entre la vuelta de las vacaciones y el día en que Saga se marchó a Grecia también transcurrió demasiado rápido; ambos intentaron pasar el mayor tiempo posible juntos ya que los siguientes cuatro meses apenas tendrían contacto pero, siendo conscientes que aquel tiempo distanciados podría enfriar la relación que mantenían, acordaron que si alguno sentía atracción por otra persona, era libre de dejarse llevar:

- Aunque admito que solo lo aceptaría si te fijaras en Kanon. – Bromeó Saga.

- Entonces me mantendré casto y puro hasta que vuelvas.

Entre risas y un poco de champan, aquella fue la última conversación que mantuvieron antes de separarse completamente hasta la llegada del verano y aunque Aphrodite se había intentado mentalizar de lo duro que sería “ver a Saga” cada día –por su parecido con Kanon– y no poder besarlo ni abrazarlo, nada tuvo que ver con el desastroso golpe que se llevó contra la realidad el día que Géminis se marchó.

***

Al finalizar las clases, varios días después de la marcha de Géminis, Aphrodite tuvo que sentarse en uno de los bancos esparcidos a lo largo del camino hacia el edificio en el que se hallaban los dormitorios de la sección de Piscis. Necesitaba un poco de soledad en la que desfogar el dolor que sentía en el pecho pero un nudo en la garganta le impedía expulsar toda su pena. Echaba de menos a Saga, nunca se había enamorado de alguien y el líder de Géminis le había tocado el corazón de la manera más inesperada. Tras unos largos minutos de pura frustración, las lágrimas por fin comenzaron a salir de su mirar, silenciosas y cargadas de agonía ante la ausencia de su amor; así pasó un rato, dándose el gusto de llorar hasta que no le quedó una sola lágrima, sus hombros llegaron a convulsionarse pero justo cuando incluso la respiración empezó a faltarle, Aphrodite sintió la obligación de calmarse porque aquel berrinche estaba llegando demasiado lejos, apenas era la primera semana, no podía derrumbarse tan pronto:

- ¡Eh, Dite! – escuchó. Al alzar la cabeza, sus ojos captaron a Deathmask acercándose al banco, acompañado por otro chico – Vaya… ¿estás bien?

- S-Sí, lo estoy. – respondió limpiándose con las manos los restos de las lágrimas caídas lo más rápido que pudo.

- La marcha de Saga ¿eh? – Cáncer recibió un codazo – ¡AH! ¿¡Qué te pasa, Shura!?

- No molestes.

Piscis centró su atención en el acompañante de Deathmask, un muchacho de cabello oscuro y despuntado hacia arriba cuya expresión resultaba excesivamente seria. Tenía los ojos verdes junto a un porte impecable, demostrando por qué era el presidente del club de artes marciales; apenas había cruzado palabra con él, la tensión entre ambos por los juegos "sucios" de Aphrodite podía sentirse en cada reunión que habían mantenido pero fuera, en el campus, jamás habían dado el paso de tratar de entenderse:

- Así que... tú eres el líder de la sección de Capricornio ¿eh?

- Sí – obtuvo por respuesta, una afirmación seca y distinta – Y si fuera otro tipo de persona, me alegraría de verte en esta situación, es tu karma por ser una arpía.

Shura mostró una media sonrisa en su cara mientras hablaba pero en el momento en que terminó la frase, aquella frívola expresión se borró de su rostro por completo. Piscis suspiró, cansado de que una vez más alguien volviera a confundir su género o que al menos, tratara de desmerecerlo usando un género contrario al suyo:

- Soy un...

- Sé lo que eres, Aphrodite; pero opino que quedarte con el acto principal de fin de curso aprovechando tus revolcones con Géminis es de arpías. – Aphrodite fue a responder pero Shura se adelantó a sus palabras  Es igual, ya no importa... pero deberías darle las gracias a Aioros, es por él que a día de hoy no he movido cielo y tierra para que le devolvieras ese espectáculo al club de artes marciales.

- ¡Oye! – Intervino Deathmask – No te quejes tanto, gracias a tu reunión con Saga las secciones de Capricornio y Sagitario no tienen vigilancia y puedes follar con Aioros todas las noches sin que nadie lo impida. Ya podrías haber pedido lo mismo para los demás.

- Tsk… que desagradable eres cuando te lo propones.

- ¿Aioros y tú…? – preguntó Aphrodite sin pensar.

- ¡Sí, desde hace años! Están juntos desde antes de entrar al Bloque D – aclaró Deathmask.

- Era lo menos que podía pedir. – dijo Shura tratando de ocultar el rubor de sus mejillas.

- Bueno, Aioros apacigua tu ira cada noche y seguro que Dite se lo montó Saga para conseguir lo que quería; aquí todos salís ganando menos yo.

Piscis se levantó del banco hecho una furia ante el comentario de Cáncer, podía tolerar en cierta medida que el propio Saga bromeara sobre su actividad sexual pero que Deathmask se mofara de ello e insinuara que había tenido relaciones con Géminis sólo para conseguir sus objetivos era otra cosa muy distinta; tenía cierta amistad con Cáncer gracias al club de teatro pero no había suficiente confianza entre ellos como para que hablara de su vida privada de esa forma, bastante tenía con soportarle la abreviación de su nombre. Por suerte, la voz de Shura impidió que Aphrodite dijese nada de lo que pudiera arrepentirse:

- Eres un imbécil, Deathmask… En fin, vámonos o llegaremos tarde. ¿Quieres venir, Aphrodite?

- No quisiera molestar. – contestó enseguida aunque aquella pregunta lo tomó por sorpresa y ayudó a rebajar la ira que sentía hacia Cáncer.

- No lo haces y estaría bien que vinieras – le sonrió Capricornio con algo de amabilidad – Vamos a hacer un ensayo del espectáculo de fin de curso. No es el plato principal pero quisiera escuchar tu opinión al respecto para saber si estamos... a la altura de tus planes.

***

Aphrodite no podía cerrar la boca mientras observaba como el grupo que lideraba Shura realizaba una coreografía perfecta entrelazando varios tipos de movimientos y acrobacias con una coordinación exquisita siguiendo los golpes de la música que usaban de fondo, manejada en todo momento por Deathmask. Sin duda alguna, hacían honor a su club y todos se sentían orgullosos de formar parte de dicho espectáculo, dejándose la piel en cada ejecución como si estuvieran frente a un público real, haciendo que cuanto más veía Aphrodite, más enamorado se sintiera de aquello que contemplaba. Al acabar, Shura se acercó a él, serio, decepcionado incluso:

- Lamento los errores, es la segunda vez que lo hacemos completo y aún nos falta mucho por pulir, pero en esencia, esta es nuestra propuesta… ¿Qué te parece?

- Aún intento asimilar lo que he visto… E-Es impresionante, Shura.

- Gracias pero todavía le falta algo, no estoy del todo satisfecho y tengo que prescindir de algunos miembros para las acrobacias; además, tiene algunas transiciones que no me convencen… Por eso he pensado que tu opinión podía ser de utilidad.

- ¿Bromeas? 

- En absoluto.

Piscis creyó al principio que Capricornio realmente le estaba vacilando aunque tras meditarlo un poco, era posible que dicha impresión se debiera a que él no conocía el carácter real de Shura y no a que Capricornio se estuviera riendo de él, el líder no se veía de aquella calaña y menos teniendo en cuenta lo mucho que parecía estar dispuesto a luchar por el honor de su gente:

- ¿Podrías esperar un par de días? Siento que no entiendo mucho y me gustaría hablar con fundamento.

- Por supuesto, tómate el tiempo que necesites.

***

Aphrodite volvió a pasarse por el club de artes marciales al cabo de dos días, tal y como prometió; en dicho margen se había visto todos los videos posibles sobre las actuaciones que precedían al liderazgo de Shura y leído cantidad de artículos sobre la formación de exhibiciones de Taekwondo, Kárate, Judo y Kendo; así como para una mayor comprensión de los conceptos también le había pedido ayuda a Aioros, teniendo en cuenta que siendo pareja de Shura, podía darle luz a cualquiera de sus dudas. 

Sagitario lo acompañó el día que se plantó de nuevo en el club de artes marciales: Había una idea que circulaba por la mente de Piscis y necesitaría todo el apoyo posible. Juntos presenciaron de nuevo un ensayo completo y Aphrodite comprendió rápidamente el descontento de Shura ahora que había visto otros espectáculos visualmente similares, entendía las palabras del chico y el porqué quería nuevas opiniones al respecto; en susurros, Piscis y Sagitario compartieron impresiones, llegando a la misma conclusión: la idea de Aphrodite traía en mente podía brindarle a Shura el cambio que necesitaba:

- ¿Y bien? – preguntó el joven tras besar los labios a Aioros como saludo.

- Hay algo que quiero ofrecerte – empezó a decir Aphrodite – pero no quiero que lo tomes como un ataque y que si te ofende, por favor me disculpes.

- Trataré de encajar la crítica lo mejor que pueda.

- Bien... Quiero unificar tu espectáculo con el mío.